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Montería. Poco a poco se va conociendo qué fue lo que realmente sucedió en las elecciones para la Alcaldía de Pueblo Nuevo en octubre de 2023.
Las expectativas se centraron en una buena cantidad de tarjetas electorales que presentaban inconsistencias. Pues bien, se conoció un informe pericial del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General, confirmando que más de 200 tarjetones fueron alterados por una sola persona, en el marco de las elecciones de alcalde celebradas el pasado 29 de octubre de 2023, con el fin de afectar el resultado electoral que dio como ganador al actual alcalde Ovidio Hoyos Paternina.
El hallazgo, que sugiere una manipulación posterior al certamen electoral, se produjo tras una inspección judicial en la Registraduría Nacional, ordenada por el Tribunal Administrativo de Córdoba, en el contexto del proceso de nulidad promovido contra la elección del mandatario local.
La decisión del Tribunal obedeció a las sospechas de que el material electoral había sido objeto de alteración, razón por la cual se dispuso la práctica de un dictamen especializado en grafología y documentología sobre los 220 tarjetones cuestionados.
Sistemática y deliberada
Los peritos forenses determinaron que las marcas efectuadas sobre el nombre del excandidato Rubén Darío Bula Castaño presentaban características "uniprocedentes", es decir, fueron realizadas por una misma persona. Esta conclusión refuerza la hipótesis de una alteración sistemática y deliberada posterior al acto de votación, contraria a la naturaleza de los procesos electorales, en los que ningún ciudadano puede ejercer su derecho al voto más de una vez.
Nulos, doble marcación y tinta distinta
La práctica de las pruebas periciales fue solicitada por la defensa del Alcalde electo, tras encontrar durante la inspección realizada a la Registraduría, que en 220 tarjetones había doble marcación, especialmente, en las mesas 6, 7, 8, 15 y 18. Dichos documentos no coincidían con los datos consignados en los formularios E-14 de escrutinio de mesa, lo que generó las sospechas sobre una manipulación posterior al cierre de las urnas.
El patrón de los votos nulos era claramente irregular: todos afectaban la votación obtenida por Ovidio Hoyos Paternina, y presentaban marcas sobrepuestas con tintas diferentes, además de variaciones en la presión y el trazo, lo que indicaba una intención deliberada de anular votos legítimos, emitidos válidamente en favor del hoy alcalde.
Otro dato relevante fue el número inusualmente elevado de tarjetones nulos en esas cinco mesas. Según los formularios E-14, los votos nulos registrados no superaban los 4 por mesa, mientras que en la inspección judicial aparecieron 220 tarjetones alterados. Cabe destacar que una de estas mesas fue objeto de recuento por parte de la comisión escrutadora municipal, sin que se detectara, en ese momento, la existencia de esos documentos alterados, lo que confirma que los tarjetones fueron modificados posteriormente al escrutinio oficial.
Frente a estos indicios, el Tribunal admitió la tacha de falsedad y ordenó la realización del peritaje técnico, cuyos resultados fueron entregados al mismo Tribunal y a la Fiscalía.
En paralelo a este proceso, cursa una denuncia penal interpuesta por el alcalde Hoyos Paternina ante la Fiscalía, por los presuntos delitos de falsedad en documento público, fraude procesal y tentativa de alteración de resultados electorales. Este nuevo elemento probatorio pone en duda la solidez de las pretensiones formuladas en la demanda de nulidad y respalda la versión del mandatario, en cuanto a que se habrían adelantado maniobras ilícitas para desvirtuar la voluntad popular que lo eligió democráticamente como alcalde del municipio.
Lo que sigue
Con el informe técnico perial en poder del Tribunal, se espera una decisión de fondo y se pronuncie sobre la validez de la elección. El dictamen del CTI se convierte en una prueba que evidencia el intento de sabotaje electoral, que el cual tendría como objetivo principal deslegitimar los resultados oficialmente declarados por la Registraduría.