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Un llamado a la defensa de la niñez

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3 de dic. de 2022

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Por: Olga Lucía Bustamante Madrid

Día a día, los inconformes en el mundo marchan por motivos diferentes: inseguridad, carestía, impuestos, contaminación …

Hoy está sobre el tapete, la ‘integridad’ física, mental y espiritual de nuestros niños. Pero… ¡No se escuchan las voces de rechazo a propuestas lesivas! ¿“Los niños pueden definir su sexualidad a partir de los 5 años”? Quienes hicieron esta propuesta no aman ni respetan su vida, ni la de la especie humana. Es como entregarle a un crío de 5 años, un camión doble troque que está al borde de un precipicio, para que lo rescate de caer. ¿Tiene el discernimiento, la claridad y la fuerza para evitar la caída?

Padres de familia, hermanos, abuelos, familia extensa, instituciones, empresas, todas, comunidades… ¡Levantemos la voz! La inercia mental, el vacío espiritual y el miedo, nos están ganando la partida. No más silencios consentidos. Que el mundo sepa, que los niños del mundo no son fichas de juego. Que se desborde el amor por esas semillas que mañana serán la luz de la humanidad.

Hagamos de esta navidad algo diferente en cada hogar, empresa, barrio, en tu cuadra.  Que, en tu camiseta navideña, las vitrinas, perfiles de WhatsApp, murales, ambientes en general, se realce la imagen de niños y niñas felices de serlo, ‘como la naturaleza los creó, siendo ellos’, rodeados de adultos responsables que los aman y protegen. 

Cuando la persona en su desarrollo alcance la edad suficientemente cargada de argumentos de reflexión, es su libre decisión el camino a seguir, antes no. El mandato natural está por sobre la idea de que la condición humana depende de una decisión individual. Lo fisicoquímico puede manipularse, pero el ‘Ser’ que da origen a esa materia, es inabordable e insustituible. El principio de la vida es ajeno a la voluntad mental, exactamente por lo limitada e ignorante, que esta es. Pueden desarrollarse las ciencias exactas, teorizar hipotéticamente la existencia, avanzar la tecnología, pero hacerlo en sabiduría y para la conservación del bienestar para el que fuimos creados, eso es sagrado, irrefutable e impenetrable. Lo físico orgánico puede palparse y maniobrarse, en su dimensión. La sutileza de lo trascendental e incorpóreo pertenece al Plano Divino, aunque nos cueste creerlo y entenderlo.

Muchos aceptamos que existimos como seres humanos creados por un Ser Superior. Con tres inteligencias: materia, pensamiento y emoción.  No tengamos miedo de expresarlo, de decirle a nuestros pequeños, que no estamos solos ni indefensos. Unidos en el amor y el respeto saldremos adelante.

Hagamos que renazca ese sentimiento en las familias.

 ¡FELIZ NAVIDAD!