Aunque todo el mundo pueda convertirse en un comunicador o autodenominarse periodista, queda claro que eso no le da licencia para tirar la piedra y luego esconder la mano. Un Juez de la República le ordenó recientemente al autodenominado director de un portal de noticias en Sucre borrar y luego rectificar nueve mentiras que publicó sobre El Meridiano y su director. Este fallo es muy importante porque deja claro que la "libertad de expresión" ya no es abstracta y mucho menos absoluta y que las falacias, calumnias, mentiras y cualesquiera que sean sus sinónimos, el daño que hacen no solo se remedia con decir después en condiciones de igualdad que fue mentira. Para eso existe el derecho al olvido, que es precisamente ese que ampara que una persona no pueda ser recordada por cosas que en un momento pasado lo efectó. Borrar de las redes y el internet las publicaciones contra este medio y su director es el significado de que la justicia aún es coherente y que los jueces no fallan por fallar, se notó el estudio a fondo de un caso particular y se logra así restablecer los derechos constitucionales al buen nombre y a la honrra de las víctimas.

Esta es solo una batalla de muchas que vienen, el tema no quedará allí.

Autor: El Meridiano.