26 de abril de 2024
Tendencias

© 2023 El Meridiano.

Toma un minuto para pensar

Por
6 de feb. de 2023

Compartir con:

thumbnail

Por Marta Sáenz Correa

Una amiga me recomendó el libro: "cómo tomar buenas decisiones cuando la suerte no está de tu lado" de la psicóloga Elián Gómez Azcarate, que hace referencia a la importancia de darse tiempo para pensar antes de actuar, y así mejorar el proceso de toma de decisiones. A continuación me permito compartirles algunos apartes del libro.

Cuando tenemos que tomar decisiones que afectan nuestra vida desearíamos tener todas las respuestas que nos permitieran sentirnos seguros, de que todo saldrá como queremos. Pero en la mayoría de los casos dudamos sobre qué hacer o qué decisión tomar. Con angustia y ansiedad nos preguntamos: ¿Qué va a pasar? ¿Cuál será la mejor opción? ¿Me irá bien o mal? ¿Me equivocaré?

La incertidumbre no nos permite conocer con certeza qué pasará en el futuro, y por tanto es imposible saber cuál es la mejor opción o aquella con la que nos sentiremos más satisfechos. Con frecuencia encontramos personas que toman decisiones sin evaluar sus consecuencias y deciden lo que les parece más fácil, o accesible; otros deciden confiando en el azar, echando una moneda al aire; también están los que rezan o le piden a Dios para que los ilumine. Por lo cual es posible concluir que en un gran número de ocasiones se toman decisiones impulsivamente aun cuando se pueden cometer errores.

Es importante detenerse a reflexionar un poco antes de tomar una decisión, porque decidir a la carrera, muy probablemente tenga consecuencias opuestas a lo deseado. Lo mejor que puedes hacer es utilizar unos minutos para analizar tus opciones antes de actuar, revisar de manera objetiva el problema y las opciones con las que se cuenta, para no arrepentirse posteriormente.

Por otro lado, a veces nos angustiamos al creer que no hay opciones de toma de decisiones ante los problemas; a veces no son tan evidentes y hay que hacer un esfuerzo mayor por encontrarlas antes de decidir. En otros casos hay que ser creativos y generar opciones propias. Además es básico tener fundamentos para decidir y evitar actuar ingenuamente. Es fundamental y acertado ponerse a investigar, sobre todo cuando no hay suficiente información sobre las opciones disponibles.

Quedarse en la indecisión, por pensar y repensar las opciones, y darle vueltas al problema, no es sano. Divagar o reflexionar demasiado sin llegar a una valoración objetiva del problema y de las posibilidades, solo nos desgasta y no nos ayuda a tomar buenas decisiones, ni a sentir que lograrás un buen resultado. Por eso, hay que reflexionar, pero en especial hay que actuar, sin quedarse en una reflexión inacabable. Si no se ha encontrado la alternativa óptima, no hay que darse por vencido y acabar aceptando la que te aconsejan otros o la opción menos mala.

Antes de decidir, considera que en este proceso se combinan factores como la experiencia, conocimientos previos, valores, creencias, la magnitud del problema y sus consecuencias.

Para finalizar, pedir consejos tampoco es la mejor opción, en el fondo quisiéramos que otros asumieran la responsabilidad y resolvieran el conflicto que implica tomar una decisión. Pedir a alguien que te resuelva un problema o que elija por ti, puede sonar reconfortante, porque te quita un peso de encima, pero no te ayuda a tomar mejores decisiones, no te asegura te hagan feliz o que cumplan con tus expectativas.

Lo que sí puedes hacer, es aprovechar la experiencia de los demás, especialmente personas significativas, para ayudarte a ver lo que no habías visto antes.