Era crónica de una muerte anunciada. Todo lo que hoy está sucediendo con los llamados diálogos con varios grupos criminales iban rumbo al fracaso. El Gobierno Nacional, en cabeza del Alto Comisionado de Paz, cedió tanto que las disidencias de las Farc, Eln y ‘Clan del Golfo’ se tomaron tanta confianza que aumentaron sus acciones en gran parte del territorio colombiano, mientras las Fuerzas Militares parecen adormecidas por un cese al fuego que no cumplieron las organizaciones delictivas. Si bien el Gobierno tomó una decisión que muchos respaldan, no es menos cierto que el único culpable de lo que está sucediendo con una ‘paz total’ que cada día se ve más complicada de alcanzar, porque tal parece que no hay una hoja de ruta definida para lograr ese objetivo, que el país respalda, pero con unas reglas de juego claras que todas las cumplan y no solo del lado de la autoridad.
El Gobierno Nacional debe entender que el afán de lograr la paz no lo puede llevar a seguir cometiendo errores, que terminan costando vidas.

De los cinco grupos sentados para dialogar, los tres con mayor injerencia sabotearon el proceso.

Autor: El Meridiano.