Por: Francisco Montes Vergara

El nueve de febrero del presente año El Meridiano de Sucre me publicó la columna: “Conectar La Mojana sucreña con soluciones”. En ella dije que en algún momento decidí no seguir escribiendo sobre las inundaciones de La Mojana. El motivo principal gira en torno a que esta región del Departamento la han convertido en una historia que se acomoda a las interpretaciones que le han dado a la palabra “Macondo”, pues, son muy diversas. Menciono la palabra “Macondo” no precisamente por el hecho de haberla usado el nobel de literatura Gabriel García Márquez en sus novelas Cien años de soledad, La hojarasca o en El coronel no tiene quién le escriba. Además de representar un pueblo ficticio en el imaginario del nobel, se ha dicho también que es un caserío en el municipio de Pivijay, Magdalena. Otra relación establecida con la palabra “Macondo” es el nombre de un juego de azar. Por otro lado, el mismo nobel dijo que “Macondo” era el distintivo de una finca cercana a Aracataca, Magdalena.

En otro momento afirmaron que “Macondo” con el tiempo pasó a designar un tipo de árbol en el Caribe.
En medio de estos significados, asimismo la han considerado como una manera de actuar pachanguera y hasta irresponsable. Como lo señalé en la columna “Conectar La Mojana sucreña con soluciones”; he escrito diferentes columnas en El Meridiano de Sucre sobre el asunto. Desde el año 2008. Sus títulos han sido: “Y vuelve el tema de La Mojana” (2008). “La Mojana, Tolú; ¿proyectos no creíbles?” (2010). “El agua transforma” (2010). Ahora debo sumar: “Conectar La Mojana sucreña con soluciones” (2023).
Se me ocurre en estos momentos pedir el favor a mis lectores sugerencias sobre el próximo título que debería llevar cualquier otra columna que se quiera escribir sobre La Mojana. De mi parte, considero que no se debe seguir hablando sobre ella en reuniones, no seguir armando dramas y finalizar las galerías de fotos y videos. De igual forma, propongo no descontextualizar el problema, centrándolo en las actuaciones desacertadas del director actual de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), Javier Pava Sánchez.

Este “Macondo” viene desde años atrás.
Palabras sobre La Mojana se han convertido en un sinónimo de desesperanza. Para actuar de manera responsable debemos apropiarnos de dos verbos: “Trabajo y Solución”.