Por Arianna Córdoba Díaz*

A los 18 años de edad, cuando dio a luz a su primer hijo, su progenitora la echó de casa; la acogió en esa penosa situación quien a la postre se convertiría en su nueva pareja y tormento. Cuando quedó embarazada del segundo hijo de este, descubrió que a una de sus amigas también lo estaba y del mismo hombre, decidió abortar discretamente.

La primera golpiza que recordó le había propinado su esposo, con quien se había casado en México, fue cuando ella no parecía estar muy de acuerdo con llevar el apellido de él y no quería salir de gira. Luego, cuando el señor cayó en las garras de la cocaína y se sumergió en este vicio, los abusos y maltratos aumentaron. Tras una agria pelea en la que ella resultó severamente golpeada, huyó y logró divorciarse.
Lo hizo en una época en la que las mujeres, más que ahora, preferían aguantar golpes que quedarse sin marido. Ella era Tina Turner, la rutilante intérprete de origen estadounidense pero nacionalizada en Suiza, que falleció esta semana y quien tuvo la valentía de decir: ¡Ya basta! Sin necesidad de caer en un feminismo recalcitrante y áspero como se estila hoy en muchos lares.

Toda esa valentía y decisión de ella debería inspirar a las mujeres que avizoran cualquier rasgo de agresión en sus parejas,

La vida, quizás como recompensa por todas las penurias que había pasado, le abrió a la icónica Tina, poseedora de unas piernas admiradas por los hombres y envidiada por las mujeres y dueña de una voz potente y exquisita, un mundo de éxitos musicales que la llevaron a ganar el reconocimiento y muchos premios en los cinco continentes, a lograr estar activa en los escenarios hasta hace una década, cuando tenía 73 años y hasta enseñarle a bailar a Mick Jagger.

Pero la vida de esta diva que, como ven, no fue un camino de rosas, no es para ejemplarizar que si la vida te da limones hay que hacer limonada; no, los de mi generación la recordamos por el coraje que demostró al dejar a Ike Turner, su esposo abusador que en ese momento era además su pareja musical.
Toda esa valentía y decisión de ella debería inspirar a las mujeres que avizoran cualquier rasgo de agresión en sus parejas, miren nada más el reciente Día de las Madres, cuatro feminicidios horrorizaron a Colombia, uno de ellos, hasta fue grabado por celulares en pleno centro comercial.

En nuestro país dice que se avanza en esto y en lo otro, pero en lo realmente importante como lo es la vida y protección de las mujeres se viene fallando y mucho. Según el Observatorio Colombiano de Feminicidios en lo que va de este 2023 se han registrado más de 130 asesinatos de mujeres en el país y de acuerdo con Medicina Legal se han reportado más de 18 mil casos de violencia no fatal contra mujeres en el primer trimestre de este año. Cifras dolorosas pero que urgen acciones inmediatas que deben comenzar con la decisión de cada una de decir a tiempo ¡Ya basta!
*Jefe de Programa de Comunicación Social – Unisinú-