Por: Francisco Montes Vergara

El Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2022 – 2026 debe buscar cerrar las brechas socioeconómicas entre los departamentos y con base en eso, asimismo, se requiere plantear su estructuración, no solamente en cuanto a los programas que pretenda llevar a cabo, sino y más importante aún en estos momentos, con la construcción de una mecánica de ingeniería financiera de tal suerte que los recursos proyectados estén acorde con la solución de problemas y no con la simple intensión de cumplir con los mandamientos de ley para las transferencias.

En el PND se proyectan los recursos del Sistema General de Participaciones (SGP) dentro de los cuales se contemplan los que serán destinados a agua potable y saneamiento básico. También se incluyen las proyecciones para las transferencias de inversión asociadas a las líneas programáticas del PND. Adicional a estos cálculos, se realiza la de los recursos propios de los departamentos. Su proyección se realizó tomando como referencia los datos observados con respecto a la ejecución de la inversión de este tipo de recursos durante las vigencias 2017, 2018, 2019 y 2020, las cuales fueron proyectadas con base en la dinámica del PIB departamental en el 2021.

Lo expresado en el párrafo anterior, es para mostrar que las cifras contempladas en el PND para el periodo 2022 – 2026, conserva la visión tradicional en cuanto a la asignación de recursos hacia los departamentos. Uno de esos criterios es la observancia que se hace normalmente en cuanto a la capacidad de ejecución contractual y desde luego de proyectos. El departamento de Sucre no tiene una buena calificación desde el Ministerio de Hacienda sobre este criterio.

Para tener intensiones sinceras, decididas, concretas y solucionar las necesidades históricas del Departamento, se requiere ponerles la lupa a estos cálculos y no dejar que a Sucre se le considere un documento más, proyectado desde una normativa que se encuentra obsoleta, con las estrategias comunes de recaudo y mirando la talanquera de la poca capacidad de ejecución.

Es totalmente indispensable no conformarse que, dentro de la ley 2294 del 19 de mayo de 2023 del PND, se mencionen temas que aspiran ser solucionados a partir de un plan de gobierno manejado desde la presidencia de la República. Esta manera de hacer las cosas produce espejismos que terminan llevando a engaños. El departamento de Sucre no está para improvisaciones.