Redacción. Con tres victorias y 12 derrotas finalizó Toros de Sincelejo las tres primeras semanas de la Liga Profesional de Béisbol Colombiano, incluido un estruendoso revés 24-0 ante Tigres de Cartagena. El regreso del club, con sede en Barranquilla ante la falta de escenario en la capital sucreña, es desalentador.
Tres subcampeonatos y una eliminación en semifinales fue el desempeño de Toros entre 2016 y 2020, cuando inició la demolición del estadio Veinte de Enero y la pandemia ocasionaron la ausencia de Toros en el torneo durante dos temporadas.

La liga colombiana, habitualmente de cuatro equipos, la salvaron este año con el regreso de Toros. El grupo empresarial barranquillero dueño de Toros y Caimanes pone dos equipos y los otros son Tigres de Cartagena y Vaqueros de Montería. Decimos que Toros salvó el año, porque Gigantes de Barranquilla, propiedad del exjugador Édgar Rentería, pidió licencia para ausentarse un año y una semana antes de la inauguración los cartageneros de Getsemaní anunciaron que no serían de la partida por falta de recursos económicos. De Leones de Santa Marta no se sabe nada desde que se ausentó para la temporada 2020-2021.

Poca experiencia
Desde que Caimanes volvió a Barranquilla, en el 2018, sus propietarios se han esmerado en casi formar una selección Colombia, a la que le agregan buenos extranjeros. La tendencia de preferir a Caimanes por encima de Toros es de vieja data, aunque se neutralizó un poco cuando José Mosquera fue gerente y luego mánager de Toros (2016-2020). Pero eso se acabó cuando Mosquera se ganó la confianza de los jefes para hacerse cargo de Caimanes.

Este año, la intención es fortalecer a Caimanes para que gane nuevamente el título nacional y defienda el campeonato de la Serie del Caribe. Toros pasa aún más que de costumbre a un segundo plano.
Un ejemplo de cómo trabajan ambas organizaciones es el cambio que hicieron en el 2020. Jorge Alfaro pasó de Toros a Caimanes. Habitualmente, en esas transacciones hay un ganar-ganar, a pesar que con el tiempo siempre un club salga más favorecido que el otro.

Pero esa operación estuvo desequilibrada desde que se dio. Al principio, solo se anunció que Alfaro pasaba a Caimanes, pero no qué recibía Toros.

Ozney Guillén, quien meses antes fue el mánager que llevó al título a Vaqueros, cuestionó la operación. "Alguien en béisbol de Colombia me puede decir por quién fue el cambio de Alfaro? @LPB_COL por lo que sé todo cambio tienes dos lados entonces curioso por quién lo cambiaron", dijo en un trino en Twitter.

Desde su llegada a Sincelejo en el 2004, Toros solo fue campeón una vez: en la temporada 2011-2012.

Días después se conoció que por Alfaro, uno de los mejores jugadores en la historia del béisbol colombiano, Toros "aceptó" dos turnos en la ronda de escogencia de novatos y otros dos jugadores (Luis Yendis y Efraín Contreras).

La última gran apuesta de la gerencia de Toros en el equipo fue en la campaña 2017-2018, cuando con Alfaro desde el primer día de la campaña, la escuadra sincelejana llegó a la final, que se dejó remontar en Sincelejo ante Leones de Montería. En la temporada siguiente, la final fue Caimanes contra Toros y la ganaron los barranquilleros en cinco juegos. El nivel de la nómina de Caimanes era superior, Toros era puro corazón.

En confianza
En la temporada 2022-2023, el mánager de Toros es el dominicano Mendy López, amigo y compañero de trabajo de Mosquera en las ligas menores con los Piratas de Pittsburgh. Casualmente, los ochos refuerzos de Toros son compatriotas de López. Adrián Valerio y Rodolfo Nolasco, los dos mejores de ese grupo, estuvieron relacionados a los Piratas.

Participación sucreña
Cuando Toros jugaba en Sincelejo, la crítica de la fanaticada era que los jugadores sucreños tenían poco protagonismo. Las excepciones eran los lanzadores Yesid Salazar y Jorge "Machete" Rodríguez.
Este año, siete sincelejanos han visto acción en Toros: Juan Camilo Zabala, Jhon Hansser Torres, Andruw Salcedo López, Diego Verbel Feria, Juan Camilo España, David Lorduy y Juan David Pinilla.

Zabala, que es la estrella del equipo, y Torres son los únicos que sobrepasan los 22 años de edad. Los demás apenas llegan a 20 primaveras y están dando sus primeros pasos en el profesional.
"Cuando Toros vuelva a jugar en Sincelejo tendremos un gran equipo con esos muchachos y otros más que están cerca de firmar, pero este año hacia falta que los rodearan de peloteros de experiencia", dijo un sucreño que jugó en Toros la década pasada.

A evitar lo peor
Cada equipo debe jugar 42 partidos en la ronda regular. Toros no está eliminado, pero se ve difícil que clasifique o que esté en la pelea por el título. Eso si se toma en consideración que le anotan 7,56 carreras por cada 9 episodios jugados.

Toros tiene un promedio de victorias de .200, el de Caimanes, que es primero, es .667.
La aspiración de Toros debe ser evitar la peor actuación en los últimos 25 años, que fue cuando el club sucreño llegó al torneo. Desde entonces, solo tres clubes terminaron una temporada con menos de 10 victorias: Gigantes de Barranquilla, con 5 (2020-2021) y Tigres de Cartagena, con 8 (2021-2022 y 1998-1999).

Sino existe la intención de invertir en el equipo, los dueños deberían darle la oportunidad de invertir y levantar el nombre de la ciudad a través del deporte a otros empresarios, tal como ocurrió en Montería con Vaqueros.

No pueden seguir tratando a Toros como su segundón, el plan B que generaba ingresos cuando había estadio en Sincelejo, al que la Alcaldía le hacía un aporte. Además generaba ingresos por taquilla, que según explicó una vez un directivo, no eran demasiados, pero año tras año se superaban.

La llegada de Vaqueros ha sido sana para el torneo. Atrás quedaron los días en que dos familias eran dueñas de los cuatro equipos, cobraban y se daban el vuelto.

El comité promotor de Rancheros de Sucre se "apagó" en los últimos meses. Incluso habían anunciado que el dominicano Eddie Dennis sería el gerente.

¿Será que en Sincelejo algún grupo de empresarios se pone de acuerdo para echar hacia adelante el proyecto de Rancheros de Sucre? De eso se habló antes de pandemia y que se enfrió con el atraso de las obras del estadio. ¿Será que le tocará a la Administración meterse la mano al bolsillo, como ocurrió con el desaparecido equipo de microfútbol Visionarios, dos veces campeón de Colombia en seis años?