Córdoba no puede estar sometida a contratistas irresponsables. ¿Quién le pone freno a esa situación?

Muchos contratistas han llegado al departamento de Córdoba a ejecutar proyectos solo con el único propósito de enriquecerse. Lo más preocupante de todo es que lo logran, burlándose de los cordobeses con obras que dejan inconclusas y en algunos casos la culminan, pero con muchas falencias en su construcción.

Y uno de esos casos es la vía Ciénaga de Oro-Chimá, en la que se invirtieron hace menos de cinco años más de 100 mil millones de pesos. Hoy el tramo carreteable parece una trocha, una vergüenza más para los habitantes de ese importante sector de la región, que por décadas han pedido una vía en buenas condiciones para poder comercializar los productos de la zona. En territorio cordobés ha hecho carrera el despilfarro de los recursos y en muy pocas ocasiones se castiga a los responsables de ello. Mandatarios, contratistas e interventores han creado prácticamente una red para desfalcar a un departamento con tantas necesidades por satisfacer a sus comunidades, pero todo esto permitido por unos organismos de control que se han prestado con su omisión a que ríos de millones de pesos se los lleven los corruptos con la seguridad de que nada les pasará ante la justicia. Y ni hablar de lo que sucede con el tramo Chinú-Lorica, otra 'oda' a la corrupción. Nadie controla, nadie vigila, por eso hacen y deshacen.