26 de abril de 2024
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Si no cambiamos nos cambian

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20 de mar. de 2023

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Por: Rafael González Guerrero.

¿A qué se referían no pocos personajes con estas palabras? Entiendo que la intención era decirles a todos los colombianos que el Gobierno haría lo necesario para que nuestra sociedad tuviera un vivir digno, que sus necesidades básicas insatisfechas fueran satisfechas, etc., etc., etc. Hoy, después de muchos años de pronunciadas, los sucesivos gobiernos no han hecho nada para cambiar. No hay un vivir digno para la gran mayoría de los habitantes de nuestro territorio, existen las mismas necesidades, nuestra sociedad está clasificada en un 60 % en los estratos uno y dos. Eso significa pobreza. 

Los auxilios parlamentarios fueron abolidos, pero el gobierno les entrega cupos o cuotas representadas en dinero a los congresistas para que estos gestionen, ante diversas entidades del Estado, la ejecución de obras para las diversas regiones. Sin embargo; la salud colapsó; el sistema agropecuario es obsoleto; el sistema judicial no funciona; los controles (penales, fiscales y disciplinarios) son ineficaces; la elección de gobernadores y alcaldes ha sido en su gran mayoría un fracaso; la violencia ciudadana sigue aumentando; la corrupción es rampante a pesar de que existe un secretario de transparencia denominado “Zar Anticorrupción”, y el saqueo a las arcas públicas es lo “normal”. Si seguimos enumerando los desaciertos del sistema, no nos alcanzaría esta columna para detallarlas. 

El modelo de Estado en Colombia no está funcionando porque quienes lo administran hacen que sea inoperante. “Se legisla sesgadamente para unos intereses, se gobierna pensando en los compromisos adquiridos, se dan gabelas, se dan toda clase de dádivas legales. Es la forma de dominio que ha tenido el Régimen imperante para poder doblegar la opinión pública y aprovecharse de las oportunidades de mando y de los gajes del poder. ¿Y qué es el régimen? Es la maraña de confabulaciones, compromisos y complicidades que toman preponderancia en la vida civil de la Nación para someterla, engañarla y sojuzgarla. Pertenecen a él, entre otros, el Gobierno, el Congreso, la prensa oficialista, algunos grandes bloques económicos, etc., y todos ellos forman una solidaridad ilegítima.” Álvaro Gómez Hurtado. 

Aquellas palabras premonitorias, al parecer no se han cumplido, puesto que ni hemos cambiado ni nos han cambiado, si apenas estamos presenciando una intención de cambio, a través de un conjunto de proyectos de reforma llamada pacto, presentadas por el Gobierno ante un Congreso que ha despertado del letargo gobiernista para asumir sus verdaderos compromisos con la voluntad de sus militantes, en su mayoría resistentes a cambios hacia lo desconocido. 

P.S. Estadista es aquella persona, según la RAE, con gran saber y experiencia en los asuntos del Estado. ¿Será que nuestra vicepresidenta lo es?