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“Si atacan a uno, los dos harán frente”

Por: Karina Herazo Padilla
La misericordia de Dios y el amor de Cesar Augusto Mendoza Ramírez y Mariana del Carmen Petro Muñoz hicieron que en medio de los momentos difíciles ocurrieran los grandes milagros.
Todo inició en un retiro espiritual, en el cual se conocieron los esposos Mendoza Ramírez, quienes luego de confirmar sus sentimientos decidieron unir sus vidas y recibir la bendición de Dios. Ellos, siempre habían anhelado tener muchos hijos, y después de casarse su deseo se comenzaba a hacer realidad.
“Si atacan a uno, los dos harán frente. La cuerda de tres hilos no es fácil de romper”, Eclesiastés 4:12
Mariana quedó en embarazo en el año 2019, y un día cualquiera su esposo recostado junto a su pecho, la acaricia y es allí cuando una pequeña masa llama su atención. Inmediatamente la pareja buscó una opinión médica quien les explicó que dicha masa no era preocupante puesto que no se trataba de un cáncer maligno y que podría seguir con su vida sin ningún inconveniente.
“Vivimos el proceso de su gestación normal, sin ningún tipo de complicaciones, al pasar el tiempo tuvimos a nuestra hija”, precisó Cesar.
La duda persistió y deciden realizar el examen nuevamente, pero esta vez en la ciudad Medellín, allí le confirman a Mariana que tenía cáncer de mama y que debía iniciar inmediatamente las quimioterapias.
Se venian muchos cambios, pero para la madre y ahora paciente oncológica, lo que más le dolió fue dejar de amamantar a su hija de tan solo cuatro meses; era un mezcla de sentimientos, con una bebé a bordo y en un proceso médico bastante complejo.
“Siempre estuve ahí en las 16 sesiones de quimioterapias la acompañé, porque somos uno solo, en eso consiste el matrimonio”, indicó Cesar.
Pese a esta situación que para muchos puede ser traumática y un generar todo un caos, para los esposos no fue así, debido a que supieron manejar la enfermedad con el fin de lograr un objetivo, salir bien de este trágico y difícile momento.
Mariana, nunca dejó a un lado a su pequeña hija y mucho menos a su esposo, ni madre, ni demás familiares. Señalan que los únicos momentos en que se separaba de la bebé era cuando salía a realizarse los controles propios del procedimiento médico que debía seguir para enfrentar el cáncer.
Síntomas
A Mariana sólo se le cayó el cabello y las cejas, no presentó ningún otro síntoma, y luego de ocho meses de tratamiento en la ciudad de Medellín, deciden regresar a la capital cordobesa, en donde residen actualmente.
Margaritas blancas y amarillason
Toc, toc, Tocan la puerta de la casa, al abrir, Mariana ve a su esposo con un ramo de margaritas blancas y amarillas (sus preferidas) pero con algo sorprendente, Mendoza se había rapado al igual que ella.
Fueron momentos tediosos, pero Cesar, nunca pensó en abandonar a su esposa, por el contrario su amor se hizo más fuerte, cada día confirmaba cuánto amaba a Mariana y eso se lo demostraba apoyándola en los momentos más difíciles.
Actualmente, Cesar y Mariana son Misioneros, dan consejería matrimonial, y su fe está puesta en la consagración de Jesús a través de la virgen María.
“Gracias a la misericordia, a las oraciones y eucaristías realizadas en honor a mi esposa, hoy podemos decir que salimos victorioso”. Cesar es abogado y Mariana es ingeniera ambiental; su pequeña hija es su mayor bendición y fortaleza.
En la actualidad
Su hogar es maravilloso, rodeado de amor y de la bendición de Dios, actualmente Mariana, no tiene en su cuerpo rastros de cáncer. Sin embargo, sigue en tratamiento oral.
Esta enfermedad, es una oportunidad para unir los lazos familiares, fortalecer el amor y la fe hacia Dios, en este y en la mayoría de los casos, estas historias de resiliencia están llenas de Milagros.
