Por: Francisco Montes Vergara

Solo se necesita visitar a los habitantes de los municipios del departamento de Sucre y los barrios de Sincelejo para identificar el común denominador de las necesidades que los han acompañado durante años. Sus habitantes han perdido la esperanza.

Cada noche se acuestan sin ilusiones y se levantan con la incertidumbre en sus hombres preguntándose cómo será el nuevo día que empieza ante el inclemente sol sucreño. Unos esperando que el servicio de mototaxismo los deje conseguir los ingresos del día. Otros que las ventas al menudeo de algún producto o utensilio les permita recoger los 20 o 30 mil pesos para solucionar la compra de alimentos de ese día. Adicional a lo dicho, como complemento, están otras necesidades aún más básicas. Es la espera desde tempranas horas de la llegada del agua para consumo por las redes de acueducto o en su defecto del apreciado e inmemorable carro tanque para iniciar la labor de la preparación de los alimentos del día.

He de afirmar que, si esto se desconoce por las administraciones públicas, es llevarlos a decir una mentira, mis queridos lectores. En torno a estas necesidades en el departamento de Sucre se han realizado infinitas reuniones. Se han formulado muchos proyectos. Se han llevado a cabo incontables visitas a los habitantes que padecen las angustias diarias.

Ahora, en medio de este contexto confuso, también existe la falta de formulación objetiva cubriendo las condiciones técnicas de los proyectos. Con esto quiero decir que, lo plasmado en los diseños, en muchas ocasiones no representa la realidad y la solución a los problemas sobre las cuales hay que dar solución. El resultado de ello es el descontento y el inconformismo de los habitantes.

La consecuencia de las incongruencias y los incumplimientos son miles de quejas ante la gobernación de Sucre y las alcaldías pues la angustia de los ciudadanos no se hace esperar. Es una reacción natural y humana. Pero el calvario no termina aquí. Una vez llegan las inconformidades empieza el paseo por las oficinas toda vez que no encuentran solución a lo requerido por la falta de decisiones al interior de las áreas o las secretarias en razón a que en ocasiones están sujetas a algún criterio que no va más allá de algún costo de oportunidad.

Los habitantes del departamento de Sucre deben cerrar estos capítulos de necesidades.