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28 de feb. de 2023

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Por Narcés Montes Buelvas

Estaba algo resentido porque después de sacrificar mi juventud luchando por el bienestar de mis paisanos en una cruenta guerra de sacrificios, hasta lograr medio transformar mi adorable Villa de Calabazos (Sampués) en una linda tacita de plata; tuve que huir por las negras amenazas pasquineras, donde sentenciaban matarme junto a mi esposa e hijos por haber logrado sacar las corralejas del centro hacia la variante, donde mejoraron, mientras embellecía la arquitectura urbanística al lograr con mi gran amigo gobernador Nicanor Hernández hacerles el parque central donde celebraban las controvertidas orgías neronianas, que no pasaban de ser unas criminales corralejas corronchas.

Hasta ahora nadie había tenido en cuenta mi ardua labor, eso me entristecía, entonces fue cuando obligado emprendí seguir la lucha dedicándome al periodismo, en cuyos comentarios sigo bregando por mi tierra y su gente. Y aun así nadie decía nada, hasta que por fin mi dilecto y caro amigo Frank Acuña Castelar, un joven economista estudioso que se ha dedicado al periodismo histórico, me descubrió. El oportuno y bien ponderado personaje se dedica a la investigación de sucesos sampusanos, resultando un gran sociólogo, reconoció mi ardua labor y publicó la biografía del suscrito, donde recogió toda esa cruenta odisea, cosa que me complació produciéndome el mayor regocijo con la más grandiosa satisfacción de gratitud. ¡Gracias hermano, sigamos luchando por nuestra tierra!

En buena hora uno de mis coterráneos reconoce la dificultad de luchar en un medio bastante atrasado, sobre esa agreste y negra tierra y bajo ese azul estrellado cielo forjé la esperanza de grandes valores, porque ella será grande si sus dirigentes son superiores, ya siquiera cambiamos la totuma por ducha, las calles polvorientas por pavimento, los mechones por bombillas eléctricas, así Calixto Ochoa nos critique como "corronchos menejos" con calabacitos alumbradores, pues ya casi cesa la horrible noche porque gracias a personaje como mi buen a amigo… "Oh gloria inmarcesible, el bien germina ya".

En dicha biografía faltó la primera huelga (l951) cuando apenas tenía 15 años en compañía de Madelca, contra la vieja planta eléctrica, entusiasmamos la ronda que hacha en mano tumbaron los postes de madera, mi encarcelada por ser menor de edad suscitó la destitución del alcalde. También me encarceló mi tío Alcalde por rechazarle los ángeles para la ampliación del cementerio por no querer votar los liberales de las 12 Acciones Comunales que organicé. Ideé la Feria del Sombrero e inicié la gran empresa artesanal.