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<strong>Reservas probadas, ni así</strong>

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13 de feb. de 2023

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Por: Ismael Guerra de la Ossa

En la industria petrolera no siempre dos más dos son cuatro. Con frecuencia suelen presentarse factores que derivan en situaciones cambiantes que hacen variar las circunstancias y, por lo tanto, lo que era ya no es. Por ejemplo, en cuanto a las reservas probadas de hidrocarburos, no se puede hablar de cifras escritas en letras de mármol como si fuesen hechos pétreos no susceptibles de modificación alguna. Resulta que los hidrocarburos circulan por una especie de “venas” o “ríos” que subyacen en el subsuelo o material rocoso o arcilloso y por ello el crudo y el gas existentes en los yacimientos pueden emigrar, lo que quiere que donde antes estaban ya no están, pues se fueron para otro lado. Ello indica que las cifras sobre reservas probadas de hidrocarburos no necesariamente significan que esas cantidades están allí disponibles para cuando se quieran utilizar, o sea para cuando se decida extraerlas del subsuelo y ponerlas en superficie, cosa de someterlas al proceso de refinación, en el caso del crudo, y de esta manera entren al torrente productivo. Por eso en la industria “hidrocarburífera” hay que ser extremadamente precautelativos.

De ahí que la exploración no puede detenerse, pues se requiere descubrir nuevos hallazgos de yacimientos que suplan en un momento dado, las reservas de hidrocarburos con que ya no se cuenta porque emigraron y se tienen entonces que asumir nuevos procesos exploratorios para detectar dónde están y así sumarlas de nuevo al ítem de reservas probadas. Como se ve, esta industria es muy compleja y solo la entiende gente versada en el tema, sobre todo técnica en la materia, lo que quiere decir que no se puede manejar solo filosofando e ideologizando, como lo han pretendido hacer la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez y el presidente Petro.

A propósito de emigración subterránea del crudo, a veces los estudios geológicos muestran que en un área determinada hay hidrocarburos, pero resulta que cuando se perfora no se encuentra nada. ¿Qué pasó? Sencillamente, que las pruebas mostraron que había hidrocarburos, pero no era así. Lo que había era la huella dejada por el crudo y el gas que allí estaba, obviamente, antes de emigrar para otro lugar. La naturaleza engaña a la tecnología mediante falsos positivos, es decir, hasta en la industria petrolera también se da esa figura.