24 de abril de 2024
Tendencias

© 2023 El Meridiano.

Realidades y plagios

Por
29 de ene. de 2023

Compartir con:

thumbnail

Por: Roberto Samur Esguerra.

Escribir algo original, bien sea una nota para el periódico, un cuento o una novela, se ha convertido, hoy por hoy, en una tarea difícil. Primero, por la comprobada baja lecturabilidad, y segundo, porque al parecer todo está dicho.

Alguien dijo que lo primero que el escritor debe aprender es a desechar las trivialidades que se le ocurren con el recuerdo de su experiencia o de sus propias historias, esas que no le interesan a nadie, pero otros dicen, que si son universales, vale la pena contarlas.

Lo de que todo está dicho, nace de haber sido posteriores a García Márquez, en un medio en el que lo más conocido es la obra del Nobel, con la consecuencia de que los temas de nuestro entorno tienden a parecerse.

Por ejemplo, si a usted se le ocurre escribir que después de la caída de los palcos de la corraleja, muchos heridos fueron llevados a hospitales remotos, y que después de años aparecieron vivos algunos de los que ya estaban muertos, le reclamarán que solo a García Márquez le es permitido tal disparate, sin saber que ello sucedió  aquí.

A  usted no le creerán si dice que a la gente de la ‘Piche’ la curaba, a punta de insultos escondidos en el precario árabe que aprendió de sus abuelos, un mago andarín que se hacía llamar Barsifal Jattin, porque entonces sale a relucir que eso era lo que hacía Melquiades. Y si recuerda que en Venezuela, Nicaragua y Cuba todavía existen dictadores, enseguida le citarán al ‘Otoño del Patriarca’, como también le indicarán que lo que está pasando en Chile, después de elegir a un muchachito revoltoso recién salido del colegio, es igual al cuento que anuncia que ‘Algo muy grave va a suceder en este pueblo’. Si se habla de violencia, inmediatamente traen a cuento que José Arcadio Buendía le atravesó la garganta con una lanza a Prudencio Aguilar. Cuando algo es previsible, como una derrota política, se dice que fue “La crónica de una muerte anunciada.

Si se observa que alguien no ha podido jubilarse, le afirman que igual le pasó al coronel Aureliano. Si recordamos que el día en que unos señores de buena voluntad fueron a llevar unos colchones al ancianato, querían  quedarse allí con el más viejo creyendo que era uno de los huéspedes, entonces dirán que eso ocurrió en ‘Solo vine a hablar por telefono’, uno de los doce cuentos peregrinos. Imposible denunciar que una abuela vendió a su nieta, si peor le pasó a la Cándida Eréndira. Si se registra que en Coveñas murió ahogada una bella mujer, alguien se luce diciendo que Gabo encontró en una playa al ‘Ahogado más hermoso del mundo’.

Son muchas las historias de brujas y espantos que forman parte de la vida real de estos pueblos, que pueden ser contadas  sin el señalamiento de ser plagiadas de la portentosa obra del gran Nobel. Pero, a pesar de ello, hoy en día es muy difícil hacer una referencia por fuera de los moldes del pensamiento clásico, sin que le señalen la eventual influencia que García Márquez está ejerciendo sobre usted. Es el precio que deben cancelar quienes osan asomarse al mundo hostil de la literatura.

NOTA: Fedegán ofrece recompensa a quien dé información que conduzca a dar con el paradero de MinCecilia.