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¡Qué te quiten lo bailao!

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26 de feb. de 2023

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Sales de Medellín a las 8:30 p.m. en la primera fila de un bus de Expreso Brasilia.

Mascarilla puesta, silla reclinada y celular cargándose. Te entretienes un rato en las redes sociales y sientes frío. Sacas del morral un hábito de monje y te lo pones encima.Contestas algunos mensajes, vía WhatsApp y cierras los ojos. Luego, despiertas a las 3:30 a.m. cuando suena discretamente una canción que cobra mucho sentido para ti, 'Tren al sur', de Los Prisioneros de Chile, y recuerdas a tu padre y le agradeces por tanto.

Un poco antes de las cuatro, paran en El Viajano, donde el conductor auxiliar informa a los pasajeros.
Con el móvil tomas una foto por la ventanilla y capturas varios pantallazos con SkyView, una aplicación que muestra los nombres de las estrellas, planetas y constelaciones del firmamento.

La tuya está rumbo noreste; Osa Menor, rumbo norte; Géminis entre oeste y noroeste.

Llegan a Sincelejo pasadas las cinco de la mañana, te bajas a tomar un café y comprar el periódico. Te alegras al ver tu columna impresa.

Después abres Google Maps y tomas una captura de la ciudad. Solo hasta ahora sabes que tiene forma de corazón. Al pasar por San Juan Nepomuceno, se sube un vendedor de arepaehuevo y no te puedes resistir. Pasas por el puente de Calamar casi a las ocho.

Una hora después, el espectáculo de primavera se abre ante tus ojos y cientos de robles vestidos de amarillo hacen del tramo una sobrecogedora experiencia estética. Llegas a las 9:30 a.m. con la ilusión intacta a La Puerta de Oro.

Tomas un taxi hasta el palacio donde te hospedarán Sus Majestades. Después de un abrazo y arreglarte un poco, sales a almorzar con el Rey porque la Reina apenas viene en camino.

A las tres de la tarde pasas por el monumento 'Ventana al mundo', lo grabas desde el interior del auto. Caen en cuenta luego de la hora y proceden a hacer La Coronilla de la Misericordia, mientras van por el café. A las 3:30 están sentados en una inolvidable terraza desde la que puedes contemplar el infinito azul del cielo.

Haces algunas fotos del anfitrión, felizmente sentado. A las cinco llegas a la casa en la que se realiza el ritual de entrega de manillas para salir en tu comparsa favorita. Hay abrazos, risas, música, cerveza y reencuentros con viejos y nuevos amigos, a la cabeza de Daniel, Flavia y Zulu.

Eres encargado de llevar una bandera y ungido como “El poeta de La Puntica”, en una ceremonia íntima e improvisada, donde la espada es un afiche enrollado. El risual se extiende hasta las diez, hora en la que vuelves a casa gracias al guerrero africano y su llave neoyorquillero.

Ha llegado la Emperatriz y hacen tertulia hasta la medianoche. Escuchas a Su Majestad Chimila y Príncipe Bávaro cantar algunas inéditas con guitarra en mano. Puedes ver el futuro.
Despiertas muy temprano para ver los primeros brillos de la mañana más bella delaño. Te vistes tal como has preparado tu personaje, Dionisio Floripepiao, un tributo al mitológico dios griego de la fertilidad y el vino, combinado con el tema de este año:Floréame la Pepita.

Al despertar, tus anfitriones se ríen al verte, toman café y ella prepara unas exquisitas arepas de huevo. Después de comerte dos, te despides entre abrazos y bendiciones.

Como estás muy cerca, vas caminando hasta la casa de tu primo Rafa que está decumpleaños. Los sorprendes entrando sin tocar y cantando 'La rama del tamarindo'.

Sentados a la mesa te invitan a pasar y comes un segundo desayuno, huevos revueltos, patacones, queso y suero. Extrañas a tu tía Alcho, a don Armando y a doña Emilia.

Después de las fotos pides un taxi, rumbo a la casa puntera.

El patio está lleno de seres mitológicos, microorganismos circunstanfláuticos, insectos macroscópicos, frutos psiconáuticos, bosques encantadísimos, hongos neurogalácticos y otros para los que aún no se han inventado las palabras.

La sabrosura de esas horas es tal, que ingresas en la real dimensión para la que viniste a este planeta, la del bello goce trascendente.

Trago va, trago viene, risa va, risa viene, foto va, foto viene, beso va, beso viene, maquillaje va, maquillaje viene, polvo va, polvo viene, aerógrafo va, aerógrafo viene, hasta que aprendes que todo lo que se va… se viene.

Ya estás listo pa la Batalla de Flores. Eso crees. A la exquisita curadora se le ocurre a última hora un cambio en tu vestuario. “La Puntica es exhibicionismo y estás muy vestido”. Te ordena quitar el hábito y la túnica. Obedeces. Y seis manos más, todas de princesas, te ayudan a preparar mejor tu performancia.

Hay que estar a la altura. Gracias a una túnica naranja cubres parte de tu cuerpo, encuentras un collar que te servirá de brazalete durante el desfile y lo más importante, un tocao. ¡Ahora sí estás preparao!

Llegan los buses, orden de salida. En el camino te topas con tres vírgenes, dos de ellas venidas de lejos. Hacen clic instantáneo. Te sientas al lado de la belga y comienzan a tirar risa desde el primer momento.

Prometes ser su guía, de noche y de día. Al llegar a la vía cuarenta, pones tus manos en el pavimento y agradeces al Cielo por el milagro continuo. El pregón ha sido escuchado y punteros de todo el mundo, incluyendo a María La Española, se hacen uno con el pueblo barranquillero. El desfile no sale a tiempo y te importa un carajo, igual te lo gozas.

Cuando llegas a los palcos es de noche y ya no hay nadie, ellos se lo perdieron. La gente de a pie si responde y a ellos dedicas tu baile, tu personaje, tu bandera y tu corito.

Que mañana te pago/ que ya no bebo má/ la última y nos vamos/ La puntica no má”. Suficiente. La fiesta postbatalla es épica. El jardín de las malicias está en su esplendor y lo disfrutas en la compañía real de Chachi y Mile. Estás rodeado de vírgenes que besan. Suena El Evangelio según Wganda Kenya y el tiempo no existe.