El Puente La Balsa, sobre el caño del mismo nombre a pocos kilómetros de llegar a San Bernardo del Viento, en la vía que de Lorica conduce a esa localidad, guarda un sinnúmero de historias, algunas de amores y otras dolorosas.
También es un lugar perfecto para disfrutar de un paisaje único que nos ofrece un tesoro natural en esa región.
Desde el puente se aprecia la vegetación de bosque seco o llanura aluvial, el mangle de una vegetación preponderante en el tramo que se acerca a la desembocadura del río Sinú aproximadamente a 2 kilómetros, donde el agua es salobre.

Es una infraestructura de más de 40 años que reemplazó un viejo puente de madera.
"Te espero en el puente amarillo. Está en el puente amarillo", es de las frases más populares de los habitantes del sector, es decir, todo un referente de la vereda La Balsa, un punto de encuentro obligado para las familias, los amigos y los amores.

Con el pasar de los años ha sufrido algunos daños, pero es una infraestructura preciada para el caserío y la misma comunidad ha trabajado para hacerle los respectivos mantenimientos, así sean artesanales.
El Puente La Balsa es un orgullo para decenas de familias que derivan el sustento de la agricultura y la pesca, pescadores con la mayoría de sus canoas  apostadas a un lado del emblemático  puente, como ese punto de referencia que cada uno lleva en su interior.

Si para los habitantes del sector ha sido el puente de la unión, para muchos conductores ha sido también un lugar de discordia, pues los afanes e impaciencia con la que algunos conducen ha generado altercados sobre este, pues si bien a la vista se tiene claro si viene o no un vehículo en el sentido contrario, todos quieren pasar primero.

En el caserío explican que se acostumbraron a que quien ya esté sobre el puente es quien tiene el derecho a pasar primero, pero esto no lo tienen en cuenta quienes van rumbo a San Bernardo del Viento, Lorica o Moñitos, especialmente los buses de transporte público, relatan en la zona.

"Una vez un bus se quedó atravesado en medio del puente por la alta velocidad que llevaba. Como que salió tarde de San Bernardo y quería llegar a tiempo a Lorica", relató una testigo de ese suceso.

Estar unos minutos sobre el Puente La Balsa es un verdadero espectáculo. Contemplar la magia de la naturaleza es algo que todos, o por lo menos los cordobeses, deberíamos disfrutar.

Entre cosas buenas y altercados entre algunos conductores, también hay historias trágicas, protagonizadas en su mayoría por motociclistas que desafortunadamente por la alta velocidad han quedado sin vida a un lado o sobre el puente, hechos de los que los habitantes del sector han sido testigos en muchas ocasiones.

Han sido situaciones complejas para los lugareños que no están acostumbrados a las tragedias entre sus familiares, sin embargo, llevan en el fondo las ganas de ayudar y solidarizarse con quienes viven infortunios en la infraestructura.

Pero mientras muchas cosas pasan, este seguirá siendo el gran referente de la zona, paso obligado para uno de los puntos más hermosos de Córdoba: la desembocadura del río Sinú.

Entre sus fallas estructututales y en ocasiones abandono estatal, el Puente La Balsa, o el 'puente amarillo' como acostumbraron a llamarlo, está más firme que nunca, esperando quizá que algún día se construya otro de dos carriles y que este viejo pase a ser solo testigo de las buenas cosas, de los reencuentros y un punto destinado para el turismo.

Mientras, los lugareños esperan que la obra siga intacta y fuerte para seguir soportando todo lo que por el pasa.