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<strong>Prepotencia y más de lo mismo</strong>

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6 de mar. de 2023

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Por: Ismael Guerra de la Ossa

Antes de cumplir siete meses de mandato, el presidente Petro produjo un remezón en su gabinete ministerial. Y lo hizo porque los ministros que fueron despedidos de sus cargos no ayudaban al propósito presidencial de instaurar en Colombia unas reformas, como la de la salud, ampliamente cuestionadas por considerarse perjudiciales para el país. Al ministro de Salud, Alejandro Gaviria, le aplicaron “el cuyo”, cuyo nombramiento se declara insubsistente, porque se atrevió a cuestionar desde el interior del Gobierno el proyecto de reforma a la salud del presidente Petro y su ministra Carolina Corcho. Es decir, quería el Jefe de Estado que Gaviria bajara la cerviz y se mostrara obsecuente y de rodillas, con algo con el cual él no comulga. Fue una clara demostración del talante presidencial donde se anida la prepotencia, el autoritarismo y el ánimo dictatorial ante el cual hay que bajar la cabeza, sumisamente, si no se quiere ser objeto de la represalia inmediata, furiosa y denigrante porque se tiene el valor civil de expresar lo que se piensa. Así proceden los mandatarios izquierdistas de todos los pelambres.

Y lo sucedido con María Isabel Urrutia, la ministra del Deporte, sí que fue algo patético. La sacaron del Ministerio porque no se prestó para las jugarretas burocráticas y clientelistas de Petro, lo que tanto criticó él en campaña cuando se rasgaba las vestiduras ante estas prácticas de los gobiernos, que eran blanco de sus ácidas y mordaces críticas. “El Ministerio del Deporte lo pidieron para otorgar mermelada del partido de la U y los liberales y así aprobar las reformas. Me dejaron con trabajo a mitad de camino. Ese no era el cambio, pero la verdad saldrá a la luz”, trinó María Isabel, quien se declaró sorprendida porque su jefe Petro no tuvo ni siquiera la delicadeza ni la gentileza de comunicarle su decisión de sacarla del gobierno antes de aplicarle “el cuyo”. Solo se enteró por los medios de comunicación. Ante estos hechos, los petristas pura sangre, ¿qué dirán? ¿Seguirán creyendo en el cambio que durante más de 20 años les prometió su ídolo Petro? Dirán entonces que todos los gobiernos hacen lo mismo, pero es que Petro prometió no seguir con esas prácticas y resulta que ha hecho igual o peor que sus antecesores. ¿Está cumpliendo entonces lo que prometió en campaña?