Por: Luis Manuel Espinosa Espinosa.

El Sistema Integrado de Planeación Urbana Regional - SIPUR, fue constituido en Coveñas, siendo Gobernador de Sucre, Gustavo Dájer Chadid. Para entonces, deambulaba la idea de conformar entre los Departamentos de la Costa Caribe, una unidad de planeación que contribuyera al desarrollo económico de la región. Desde luego, el propósito surge desde la universidad, cuando Ramiro Fernández Badel, a la sazón profesor de algunos centros académicos en Barranquilla, le sugiere en calidad de asesor al Gobernador de Sucre, proponer a sus homólogos la creación de este organismo para impulsar el desarrollo regional costeño. Propuesta, la cual es acogida y establecida de inmediato, iniciando labores con los aportes de dichas entidades territoriales, cuyos representantes ponen a la cabeza de esa institución a Jose Tcherassi. El SIPUR funcionó, hasta cuando CORELCA, asumió la conducción de la planificación regional en el gobierno del presidente Belisario Betancur.

La reforma constitucional de 1968, que introdujo más ampliamente el concepto moderno de la planificación económica, permitió la creación de estos organismos que ayudaban en la tarea de la planeación regional aún en ciernes. Y los estudiosos de la planeación, en su mayoría arquitectos y economistas, desesperaban por conseguir que las entidades territoriales implantaran plenamente la planeación, tanto en materia de desarrollo urbano como regional. El SIPUR como así se le conoció siempre, fue el antecedente inmediato de los CORPES, el cual como sistema, según Jaime García Chadid, fue también, una anticipación del proceso autonómico regional, del que se hablaba tímidamente, porque apenas, se estaba en los comienzos de la descentralización. Y en esto, hay que anotar, que tanto los iniciadores como los ideólogos de la región, provenían de los Departamentos sabaneros. Si bien, la ciudad cumbre de la regionalización era Barranquilla, como animadora del desarrollo regional, había una pléyade de profesionales en el tema regional, como Jorge Ricardo Bray, Eberto Hoyos, Julio Espinosa, Nicanor Flores, Lía Rosa García, Bernardo Ramírez y Jorge Pallares Bossa, entre otros. No obstante su fuerza, faltó cohesión en este grupo dirigencial, en el que destacaba como su adalid Carlos Martínez Simahan. Igualmente, alguna claridad en la visión del destino, como afirmara Antonio Carlos Amador, impulsor del proceso, junto a Manuel Domingo Rojas, Antonio Hernández Gamarra y Augusto Martínez, caracterizados exponentes de la regionalización.

Con la desaparición del SIPUR, se cerró una época y comenzó otra, la que abrió el boquete por donde se escapó toda una experiencia significativa. Se perdió el sentido de la continuidad y se desaprovecharon conocimientos y saberes en materia de planeación del desarrollo regional. A Ramiro Fernández, le correspondió liquidar la institución que el mismo había inspirado tiempo atrás, como genuino avizor del futuro del caribe colombiano.