Por Pocho Rentería:

Semana calientísima. Miles de empleados públicos, miles de desempleados, miles de contratistas y miles de petristas de Bogotá fueron al palacio presidencial a respaldar a Gustavo Petro, Verónica Alcocer, Francia Márquez y Carolina Corcho.

Histórica fecha, 14 de febrero, para el petrismo y Armando Benedetti, Gustavo Bolívar y doña Isabel Zuleta porque gobernarán desde las calles. Mi amiga Valentina Esguerra advirtió: "Ojalá no conviertan los escritorios en leña para las chimeneas".

El 14 de febrero hubo manifestaciones gobiernistas en Bogotá y 15 capitales, unas concurridas, otras, muy lánguidas. La senadora petrista Isabel Zuleta, emocionada, escribió: "Quien no apoya la reforma de la ministra Corcho comete una infamia con la paz".

Semana calientísima porque Petro retó a sus opositores, les advirtió desde su balcón que el pueblo lucha porque no confía en senadores encorbatados lejos de las masas.

Los sindicalistas radicales opinaron que "esta marcha del pueblo es para repetirles al presidente Petro y a su 'vice', Francia Márquez, que el país respalda sus reformas".

La democracia ahora será en las calles, como hicieron Chávez, Fidel Castro y Juan Domingo Perón, al que sus seguidores con amor le gritaban: "Ladrón o no ladrón, queremos a Perón".

Como asistí de observador a la marcha petrista, frente al balcón presidencial, digo que fue concurrida, emocionada, transportada, muy costosa, promesera y populista. Prepárense, este gobierno es diferente, atípico, caprichoso y exótico, solo cree en el "pueblo soberano" que le da sus votos.

Me contó mi pareja, Lulita Arango, que la marcha saboteó miles de citas médicas, el transporte y las oficinas del Gobierno, que esa marcha solo sirvió para subirle el vanidoso ego al Gobierno. Punto.
El antipetrismo salió a las calles el 15 de febrero en 15 capitales, y como este gobierno ha cosechado muchas críticas, la imagino combativa, concurrida y con alto sabor antipetrista. Punto.

Y llegué donde quería, al fútbol. Fue cobarde el ataque en Ibagué al jugador Cataño. El irresponsable hincha obeso que atacó al futbolista se buscó su carcelazo. Y el árbitro Roldán estúpidamente expulsó al agredido. Pilas: cárcel contra el matoneo en el fútbol. Punto.

Como las trampas millonarias triunfan, ojo al novelón del saqueo en Santa Marta y a la Triple A en Barranquilla. Sospechan de una venta fraudulenta de acciones a unos avispados españoles. Robaron a Barranquilla, pero ellos, buenas-buenas, siguen su alegre y champetero carnaval.