Luego de la reunión con funcionarios del Gobierno Nacional, la advertencia fue clara, cumplen o vuelven las protestas.

Había necesidad de que durante siete días el departamento de Córdoba se viera afectado, con el justo reclamo de una comunidad, que desde hace años espera respuestas, a sus problemáticas en la región de la Mojana. Lo del Gobierno Nacional en este caso fue una muestra de soberbia, cuando la solución la tenían a la mano.

Un poco más de tres horas estuvieron altos funcionarios dándole la cara a la comunidad y en ese corto tiempo lograron asumir compromisos que terminaron en el levantamiento del bloqueo en el Puente del San Jorge, lo que provocó el desabastecimiento de productos de la canasta familiar provenientes del interior del país, así como de combustibles en varios municipios del San Jorge, donde se hicieron inmensas filas para abastecerse. Había necesidad de eso. Los cordobeses creemos que no, y más aún cuando se tiene un Presidente que dice ser de esta región. El daño ya está causado y ahora lo que se espera es que el Estado le dé una salida a la complicada condición en la que hoy viven 500 mil personas de cuatro departamentos y 11 municipios, porque como bien lo dijo el gobernador de Córdoba, Orlando Benítez "no nos pueden ver la cara de pendejos".