28 de marzo de 2024
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Pedagogía del respeto

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22 de may. de 2023

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Por Félix Manzur Jattin

El irrespeto, cero tolerancia, el oportunismo, la desmedida ambición, la falta de humildad, la educación displicente o mediocre, el afán de protagonismo, la arrogancia y el desprecio por los demás, por la vida, honra y bienes de todos los ciudadanos y comunidades tiene en serios aprietos al mundo contemporáneo.

La maldad es parte de la naturaleza humana. Curiosamente la ciencia y la tecnología le ha otorgado al ser humano un promedio superior de vida, diríamos que casi un 40 % más que hace mil años, al inventar el antibiótico, los medicamentos eficaces y corregir las falencias higiénicas y sanitarias que generaron pestes, virulencias y muertes.

Llegamos a la luna, estamos descubriendo nuevos planetas y mundos. La tecnología domina el ciberespacio y la superautopista de la informática nos vuelve sabios, asequibles al conocimiento profundo. Las armas revolucionan y cambian . De la honda y la piedra pasamos al láser y a los misiles balísticos con ojivas nucleares, sin embargo, la praxis es la misma… matar. Si antes se mataba por cientos y miles, hoy día y en el futuro, la inteligencia proverbial del ser deshumanizado matará por millardos. ¿Qué pasa con los humanos? Avanzamos en todo, menos en corregir la maldad.

¿De qué nos valen los adelantos científicos, tecnológicos, políticos, sociales; en clonar la vida y dizque perpetuarla sino domamos, perfeccionamos, humanizamos y volvemos bueno al hacedor supremo de la revolución tecnológica moderna, que es el mismo hombre?
¿Será que quebrar los paradigmas de odio, de intolerancia, de irrespeto por los demás es prácticamente imposible?
Importantísimo para los humanos debe ser implementar una verdadera pedagogía del respeto, social y humanista; que realmente desvertebre, erradique o cambie los conceptos que actualmente son los tópicos de nuestra civilización donde impera el criterio de avasallamiento, de destrucción, de subir peldaños poniéndole trabas al vecino o al de al lado, de no respetar el libre albedrío de las comunidades y naciones.

El hombre de por sí debe ser el eje articulador de todo cambio o de toda revolución tecnológica. Algunas civilizaciones, científicos y estadistas, aceptan que la guerra es el motor del progreso. ¿Acaso, no se inventó el teléfono, el fax, el avión, la radio y la energía atómica y nuclear, siendo utilizados inicialmente para la guerra? El tercer Reich Alemán utilizó al científico Von Braun para inventar cohetes y bombardear las ciudades de los aliados.

¿Se utilizan los adelantos tecnológicos para el bienestar de la humanidad o para su destrucción? He aquí el dilema. Inventar para construir las bases de una sociedad sustentada en preceptos de justicia; no bélicos o guerreristas, donde el ser humano se constituya como elemento prioritario del accionar científico, y reivindique el concepto de convivencia y respeto de sus congéneres.