24 de abril de 2024
Tendencias

© 2023 El Meridiano.

<strong>Para N</strong>

Por
11 de feb. de 2023

Compartir con:

thumbnail

Por: Olga Leonor Hernández Bustamante.

 Tengo la fuerte sensación de estar siendo testigo, muy a pesar tuyo, de tu reconciliación con la vida. Lo que pasa es que, en este camino recorrido juntas, nos encontramos con sorpresa que la vida no es una sucesión de cosas trascendentales y pensamientos gloriosos que dejan huellas en los demás. No. La vida es eso que nos sucede mientras caminamos por la calle, camino a tomar ese jugo que nos gusta y el viento nos pone el cabello en la cara, el sol nos calienta un poco los hombros y nos toca acelerar un poco el paso al pasar la calle, pues aquel carro parece que viene más rápido de lo normal.

Tanta cotidianidad, tanta normalidad te marea un poco. Has aprendido que la vida es sinónimo de esfuerzo, de transitar caminos difíciles. Has vivido situaciones donde ser querida y aceptada era cuestión de hacer méritos y ganarse los espacios con favores o cumpliendo tareas y roles. Ahora, te has encontrado con que te quieren, porque sí, porque eres cool _como dices_ Pareciera que ese cariño es algo falso. ¿Cómo simplemente me van a querer? No parece tener sentido. No he hecho nada para merecerlo.

¡Eso es! Has aprendido que vivir la vida requiere un enorme esfuerzo por merecerlo, uno que te desconoce a ti y te pone a vivir en función de los demás. Tal vez por momentos ese esfuerzo se veía tan inmenso que el agotamiento era inmediato y la idea de dejar de estar tenía sentido, tal vez un poco más del que tiene ahora. Creo que te va a costar trabajo, aceptar que para ser tú no necesitas mayor esfuerzo, ni mayor perfección de lo que ya eres y ya haces. No tienes que seguir siendo la salvadora de tus amigas ni de tu familia para merecer su aprecio y cariño. Lo único que necesitas hacer es ser tú. Tú, con todos tus miedos, tu capacidad de análisis, tu sonrisa, tu disposición a probar cosas nuevas, tu capacidad de percibir la vibración de cada momento y expresarlo de forma honesta y auténtica.

Vamos lento. Voy contigo. Vamos observando con sorpresa, y de tu parte con algo de recelo, la vida que muy a tu pesar has ido construyendo. Y si, la vida es gratuita, las cosas pasan en respuesta a lo que somos y hacemos, sin tanta lucha. Me enseñaste que, al disminuir las expectativas _total tu tiempo aquí andaba un poco en cuenta regresiva,_ fue posible dejar de lado las exigencias por agradar a los demás y te dedicaste a vivir para ti. No era necesario congelar el tiempo en los momentos agradables ni sostenerse con dientes y uñas en esos lugares donde con esfuerzo sentimos aprobación. Vamos siendo, mientras vamos viviendo, vamos construyendo, mientras vamos aprendiendo.