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¿Para dónde vamos?

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26 de ene. de 2023

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En 30 años de la Constitución de 1991, el país pasó de un régimen cerrado en lo político a uno abierto con la presencia de nuevas fuerzas, movimientos y personas que han contribuido con el cambio social porque la atención en salud se universalizó, la educación primaria y básica pasó a coberturas cercanas al 100% y el desempleo y la inflación, hasta antes de la pandemia, habían bajado a menos de un dígito.
Pese a estos avances, el país vivió décadas convulsionadas producto de la acción de los grupos armados de derecha e izquierda financiados por las economías ilegales que negociaron acuerdos de paz con relativo éxito, sin que esto implicara la terminación de la violencia porque los problemas sociales generados por la pobreza, la corrupción y la falta de oportunidades, mantuvieron vigente la llama de la inconformidad que explotaba en cualquier momento.
Famosos fueron los paros camioneros, de taxistas, de agricultores, de campesinos, indígenas, los bloqueos de vías, las olas invernales y las sequías, que las administraciones públicas y la ciudadanía terminaron conviviendo con estos problemas que "hacían parte del paisaje".
Los cambios introducidos en la Constitución y la ley atiborrados de derechos convirtieron el activismo en una profesión para sacar la gente a la calle, alimentada también por la negligencia administrativa y el mal uso de los recursos, porque las transferencias de la nación al nivel territorial se incrementaron bastante a la par que los mandatarios locales fueron elegidos por voto popular.
De todas formas, ahí estaba el nivel central, el presidente como "prestamista de segunda instancia" a quien acudir para apagar el "fuego" del malestar social, cuestión que con el actual gobierno ha cambiado porque la política pública es combatir el cambio climático arrasando la economía y "hacer la paz" con los agentes de la violencia, sin mirar al "hombre de la calle".
Colombia solo emite el 0.56% de la contaminación mundial, mientras la agricultura con sus químicos contamina el 60% de las tierras y fuentes de agua en el país y su matriz energética es 75% hídrica (limpia) y el resto del mundo no va a disminuir el uso de combustibles fósiles en décadas. ¿Por qué solo vamos a sacrificarnos nosotros los colombianos habiendo tanta pobreza y miseria? ¡Dejemos el berrinche y dediquémonos a trabajar!