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Palabras inútiles

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16 de feb. de 2023

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Por Ernesto Rueda Suárez:

Dos lecturas recientes me han servido para esclarecer puntos muy invisibilizados de la historia del siglo XX, en particular sobre la II Guerra Mundial y el régimen del Tercer Reich. La investigación "Libres para obedecer" del celebrado Johann Chapoutot —"El nacionalsocialismo y la Antigüedad"—", que trata del espectacular desarrollo de las teorías contemporáneas del "managemeng" desde el nazismo hasta hoy.

La gran conclusión y sorpresa es que existe gran relación entre la gestión de la empresa actual y la organización del trabajo en la Alemania nazi. Chapoutot muestra la enorme capacidad de cuadrar el engranaje de administración pública y privada para poner en marcha el proyecto de las pretensiones de Hitler. Perdida la guerra esas teorías se mantuvieron y lograron el prodigioso "milagro alemán".

¿Con quiénes? Salvo fugados y condenados en Nüremberg y otros juicios nacionales, pues con los mismos que siempre estuvieron ahí. Ninguna corte celestial de nuevos alemanes vino a reemplazarlos. Lo que más impresiona, sin embargo, es que construyeron una nueva Alemania, que se consolidó aún más después de la caída del Muro de Berlín. Ahora ya no se va tanto a las escuelas de negocios postnazis, sino a Estados Unidos o el Reino Unido. En todas se enseña que ningún proyecto nacional o imperial puede lograrse sino dentro de la pedagogía de "libres para obedecer", y como nunca hoy estamos atrapados en ese principio.

Y la monumental novela "La fábrica de canallas" (958 páginas) de Kris Kraus, recrea una época (1905-1974), que escarba los entresijos de relaciones familiares, étnicas y políticas, dramáticas y demoledoras que cubren la historia de 70 años y disecciona todo de lo que es capaz el "homo sapiens", en especial los difusos límites de la maldad y la perversión, no solo de los servicios secretos sino de los políticos. Desfilan todos: los nazis, los comunistas, los judíos, las guerras, el norte de Europa y el Mediterráneo.

Y en el trasfondo de la novela planea la tétrica sombra postnazi que hizo posible la paz y la reconstrucción en libertad y democracia real, con casi las mismas personas e instituciones —metamorfoseadas— tal como nos explica Chapoutot.