Tras la publicación de El Meridiano sobre el flamante elefante blanco, que es la casa lúdica en Toluviejo que tras recibir unos arreglos internos, pero que como tal la estructura no presta sus servicios, queda claro que vale la pena seguir visibilizando todas esas obras inconclusas y paralizadas. Decimos vale la pena porque por lo menos en el particular la Contraloría actuó y hará una indagación sobre esto. Sin embargo, no hay que desconocer que la actuación de los órganos de control sigue siendo selectiva. Miran hacia donde no incomodan a sus aliados o, por el contrario, tienen un interés de cualquier tipo, no decantando el económico. Ojalá siempre que un medio con carácter y criterio como nosotros visibilice situaciones evidentemente anómalas, estos actúen y no se hagan los de la vista gorda. Nosotros vamos a seguir cazando esos elefantes y lo que por oficio no logren investigar las ías, lo hará vía condena pública la gente, porque no hay peor castigo que hacer saber la verdad.

Las Tablitas, El Cauchal, El Ramal-San Onofre, son obras que dejan dudas y nada que actúan.

Autor: Luis Germán Rubiano Farak.