23 de abril de 2024
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Nicotina: la adictiva

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21 de mar. de 2023

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Al estar en contacto con la nicotina se produce estimulación de las glándulas suprarrenales y descarga de adrenalina. Hay un estímulo generalizado y se aumenta la frecuencia cardíaca, la respiración y la presión arterial. El sistema de recompensa del cerebro está preparado: la nicotina incrementa los niveles de dopamina y se organizan cambios en variados circuitos del cerebro como los vinculados al aprendizaje, autocontrol y estrés. El metabolismo y la farmacéutica de la nicotina son interesantes: al inhalarla se demora 10 segundos en llegar al cerebro y su paso por los pulmones es demasiado rápido. Acá está la respuesta a la abstinencia: se fuma cada rato para evitar su descenso. Los síntomas empiezan a las horas del último cigarrillo y exige fumar pronto para evitar su disminución progresiva.

La nicotina se absorbe fácilmente en los pulmones y en menor medida en la boca. Muy poco tiempo para llegar al cerebro. Esta relación inmediata entre el humo inhalado y su efecto a nivel cerebral es lo que explica la fácil adicción. Su vida media es casi de 3 horas. Se metaboliza en el hígado -cotonina- y sin problemas atraviesa la leche materna y la barrera placentaria. La velocidad de absorción depende del pH y lo que queda del metabolismo, nicotina libre, se absorbe fácilmente. Indiscutible, algunas empresas “ayudan” a cambiar el pH para que la absorción se haga más rápido. Fumar está asociado con una disminución de la MAO (monoamino oxidasa), enzima clave que descompone la dopamina en el cerebro. En animales, por ejemplo, se ha visto que la inhibición de la MAO aumenta las propiedades reafirmantes de la nicotina. Hay otro componente químico que está en el metabolismo del tabaco, el acetaldehído, que aumenta las virtudes de la nicotina.

Dos centros cerebrales responsables de la adicción: el sistema mesolímbico dopaminérgico, sede del placer y de la gratificación, responsable de la farmacodependencia y del efecto gratificante. El Locus Ceruleus guarda relación con el estado de alerta. La nicotina al estimularlo aumenta las propiedades cognoscitivas, la atención, las actividades intelectuales, reduce los estados de estrés. Da una sensación de seguridad y de tranquilidad que seduce al fumador.

Hay que entender la adicción a la nicotina como un mecanismo neurobiológico cuya localización es el sistema de recompensa, mesocortico-limbico-dopaminergico. La adicción está en el cerebro: neuronas dopaminérgicas del área tegmental-ventral y se allí viaje suave hasta el núcleo accumbens. Lleno de dopamina faculta las recompensas y las gratificaciones. La abstinencia utiliza la vía adrenérgica: deja de fumar, los niveles caen y se produce un exagerado aumento de las descargas. No olvidar que la nicotina libera también GABA, péptidos opiáceos, serotonina, endorfinas y vasopresina.

Los factores biológicos que interviene en la adicción: edad, genes, el entorno, el sexo y la raza. Los factores ambientales, múltiples, tienen trascendente importancia y la epigenética marca un 50% los riesgos de la adicción.

Diptongo: es la droga que produce la mayor adicción.