Por José Arturo Ealo Gaviria

El morbo es un instinto más del ser humano. Tiene la relevancia del sueño, del hambre o cualquier necesidad básica del hombre.
La palabra morbo se utiliza con frecuencia sin saber su significado exacto. Se vincula a lo sexual, a cierta clase de conductas, conocer detalles acerca de la vida íntima de alguien, sentir fuertes emociones por la llegada de una devastación bélica o un desastre natural, cuando la gente goza ver imágenes sangrientas o muy fuertes. Se aplica en medicina. A todo lo que remite una enfermedad mental.
El morbo va incluido en lo instintivo, en las necesidades fundamentales, como alimentarse, dormir, socializar y tener sexo.

Ha permanecido siempre en nuestro cerebro. Se puede definir como la necesidad de ver, sentir, oír, oler o interactuar de alguna manera con lo que socialmente se cataloga como prohibido. Es una fuerza que impulsa a entrar en contacto con "eso" y experimentar placer al hacerlo, a transgredir normas o entrar en el mundo del tabú.

Por donde se le quiera mirar, el morbo es parte de nuestra Sombra.

Es una tendencia obsesiva hacia lo vedado. Se le asocia con algo insano y a la vez placer, casi siempre de tipo sexual. Debe ser matizado.
No todo impulso morboso es dañino. A veces simplemente es lúdico y forma parte de nuevas formas de explorar el placer.
Despierta todo aquello que rodea un misterio o proyecta idea de lo inescrutable. La imaginación tiene un papel muy importante en la sexualidad.
Muchas veces la atracción sexual depende no tanto de lo que se ve, sino de lo que se imagina. Lo que no se aprecia a simple vista se convierte en fuente de deseo.

Buena parte del mundo de lo erótico se enciende a partir de lo que se insinúa y no tanto de lo que se ofrece. También gran fase de las pasiones ascienden cuando implican cruzar algún límite. Eso es morbo.
En el terreno de la morbidad al igual que el de la sexualidad, en general, es válido todo aquello que suponga acuerdos entre personas conscientes. Incluso si se trata de algo que puede ser catalogado como sucio, cruel o intrépido por los demás. La única condición es que los involucrados estén en capacidad de aceptar libremente estas prácticas.

En el mundo de lo erótico es válido lo que desafía prejuicios, pero no es aceptable cuando empobrece el acto sexual y a quienes están involucrados en él. Por donde se le quiera mirar, el morbo es parte de nuestra Sombra.