25 de abril de 2024
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"Montería irradia felicidad"

Por
1 de may. de 2023

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Un mes fue suficiente para que Aarón Heriberto Narváez Burciaga, mexicano nacido en Chihuahua, México, casado con Zuliana Benítez Hernández, monteriana que se especializó en Chihuahua, se enamorara de esta tierra.

Su estancia en la ciudad fue para él una verdadera fantasía, pues no pensó encontrarse con gente tan cálida y amable, aunque todos los indicios lo llevaban a sospechar que así sería. Pues al estar casado con una monteriana, ella siempre transmite esa felicidad que dejan ver en cada frase los monterianos en cualquier sitio del mundo en el que se encuentren.

El mexicano pudo ir por todos los puntos de la ciudad y le tocó de todo a todas horas, por lo que hoy al momento de abordarlo para que nos regalara su percepción de la capital de Córdoba dijo que recuerda con mucho cariño la felicidad que irradia Montería y su gente, y que esa es una de las cosas que se lleva como uno de los mayores aprendizajes de las tierras del Sinú, donde estuvo hace ya un año, pero donde tiene las ganas de volver para disfrutar de una ciudad siempre pujante.

Este es su relato
Montería es impresionantemente verde, por donde uno camina o visita, sean casas, parques, calles siempre hay árboles. El agua abunda, lo que promueve la enorme diversidad de frutos y animales, me gustaron las frutas que me ofrecieron en mi visita, para mí desconocidas, pues en México no las hay.
La amplia variedad de alimentos frescos se siente en sus platillos; deliciosos y únicos. Me encantó el mote de queso, el arroz con coco, la carimañola de yuca (No sabia que se hacían tantas cosas con yuca). En México es costoso comprar plátano y me sorprendió lo fácil y abundante que es en Montería.
Si bien es inquietante la enorme cantidad de motocicletas, parece que sus ciudadanos han podido encontrar un balance entre el desorden y la movilidad, pues la ciudad se mueve, y se mueve rápido.

La gente se siente amable y cariñosa, y por lo menos en mi experiencia, no fue difícil encontrar quien me diesen indicaciones para llegar a mi destino. Se siente la gente cercana a uno aunque no sea de allá.
El calor y la humedad son difíciles de sobrellevar cuando no se tiene la costumbre, pero un buen vaso de jugo de corozo o agua de panela pueden aliviar el sufrimiento. Es de admirar cómo se acostumbran al calor. Para mi en ocasiones sofocante y la humedad y la sudoración también es excesiva.
Se ve mucha fauna en casas, en las calles rodeando los arboles, las iguanas, los micos, las ardillas, los pájaros que abundan en la ciudad aun con el ruido de ella.

En la madrugada se oyen aves diferentes cantando, pude ver aguiluchas, carpinteros, loros, y otras especies.
Su ubicación también es privilegiada, el río Sinú es grande y majestuoso, pasee por él y los paisajes y el atardecer son hermosos. También esta rodeada de playas caribeñas, cocos y mujeres hermosas, la comida en la playa es deliciosa y también los platos autóctonos de la ciudad son ricos. No hubo uno que no me gustara.