26 de mayo de 2023 - 1:30 AM

Milagro Eucarístico de Santarém

Milagro Eucarístico de Santarém

Por: Selma Samur de Heenan

Santarém, en Portugal, es una ciudad reconocida principalmente por el primero de varios milagros eucarísticos, que a pesar de haber ocurrido en 1247, todavía se encuentra intacto y para reverencia pública.

En esta población vivía una católica que llevaba mucho tiempo desesperada y acongojada por la recurrente infidelidad de su esposo, quien, sin apreciar todos sus esfuerzos por atraerlo y reconquistarlo, seguía indiferente con ella y empecinado en mantener su relación clandestina.

Ante la situación, ella buscó una salida equivocada y visitó a una hechicera, que le prometió devolverle el amor y atención de su marido, siempre y cuando le llevara en retribución una Hostia Consagrada.

A pesar de saber que se trataba de un sacrilegio, fue a misa en su parroquia de San Esteban, y al recibir la Comunión se sacó la Hostia de la boca y la puso en un nudo del pañuelo que llevaba sobre su cabeza.

En el camino hacia donde oficiaba la bruja, la Sagrada Forma comenzó a sangrar sin que la mujer se percatara, pero fue advertida por algunos transeúntes que pensaron que estaba herida y no se había dado cuenta.

Movida por el pánico, regresó a su casa y escondió el pañuelo dentro del baúl donde guardaba sus pertenencias. Esa noche, acostada al lado de su esposo, estaba sin poder dormir porque la culpa la atormentaba, cuando vio en medio de la oscuridad que salían del baúl brillantes rayos. Despertó al infiel y juntos tuvieron la espectacular visión de ángeles adorando la Hostia sangrante.

La mujer le contó todo y ambos, movidos por un sincero arrepentimiento por sus mutuos pecados, pasaron el resto de la noche arrodillados en adoración y reparación ante Jesús Sacramentado.

Enterado el sacerdote, fue hasta la casa, y la pareja en una concurrida procesión regresó la Hostia a la Iglesia, donde continuó sangrando. Pasado tres días, la pusieron en el tabernáculo dentro de un relicario de cera de abeja. Estando ahí, ocurrió otro milagro porque ese recipiente apareció roto en muchos pedazos y en su lugar había uno de cristal que contenía la sangre de la Hostia mezclada con la cera. En la actualidad este portentoso regalo del cielo se mantiene en un trono Eucarístico del siglo XVIII, sobre el altar mayor.

Desde que ocurrió el milagro se conserva la tradición de que cada segundo domingo de abril, el Milagro Eucarístico es custodiado en procesión solemne, saliendo de la casa de los fieles esposos, hasta la Parroquia de San Esteban.

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