Por: Édgar Arrieta González.

La Fiscalía General de la Nación, presento un preacuerdo al cual llego con Benjamín Núñez ante el centro de servicio de Sincelejo, el cual le correspondió en su conocimiento al Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Sincelejo; en audiencias celebradas el día 2 de febrero de 2023, quedo claro que el beneficio que entrega la Fiscalía al implicado es el descuento de un 50% en el total de la pena, en tanto, si la pena actual está prevista en el preacuerdo otorgado en 29 años, la pena sobre el cual negociaron estaba sobre los 58 años de prisión.

A lo antes dicho, ciertamente la pena sobre la cual realizaron la negociación es alta porque le fueron imputados una serie de delitos altamente graves, entre ellos homicidio agravado, privación ilegal de libertad, tortura y ocultamiento, alteración o destrucción de material probatorio, entonces es lógico y razonable pensar que la posible pena a la cual se enfrentaba en un futuro fuera de 58 años de prisión, pero lo más importante aquí es recalcar que esa pena merecida para una persona con el rango y poder que tenía, pues, su actuar fue escabroso, macabro, doloso e irracional, cuando decidió matar a tres personas porque suponía que eran ellos los posibles homicidas de un miembro de la policía nacional.

Lo que no es justo, lógico y racional, es que se le está otorgando un descuento punitivo del 50%, porque la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia ha sido clara en señalar a la fiscalía que en sus negociaciones y en la entrega de beneficios debe tener en cuenta la mayor o menor capacidad que tenga el ente investigador de probar por la vía ordinaria la responsabilidad del procesado y lograr la sanción que la ley prevé y que la sociedad espera para este tipo de actuaciones como las que él realizó.

Entonces, si en este caso existen tres testigos directos de que fue él quien disparo a quema ropa en contra de Carlos, Jesús y José, no tiene sentido ni razón el otorgamiento de tan grande descuento punitivo, pues esta circunstancia no refleja un actuar que aprestigie a la justicia, sino que un ánimo insano de favorecer en lo que más pueda al confeso homicida. Con lágrimas pide perdón a los familiares de las víctimas: “Hoy tenemos tres angelitos en el cielo”, porque Dios lo perdono y con su ayuda se convirtieron. ¿Qué tal?. Los familiares y la comunidad esperan La justicia haga justicia.