Por: Ismael Guerra de la Ossa

Dos funcionarios con peso específico en la estructura del Estado colombiano se sumaron en los últimos días a las voces de altas personalidades del país que han mostrado su desacuerdo con las intenciones del Gobierno Petro de acabar con la industria de los hidrocarburos en Colombia. Se trata nada menos que de Jorge Iván González, director del Departamento Nacional de Planeación (DNP), y Carlos Hernán Rodríguez Becerra, contralor General de la República. González dijo a Blue Radio: “Este país no puede vivir sin petróleo. (…) La dependencia de los ingresos del gobierno de los recursos de Ecopetrol son evidentes”. Y planteó una paradoja: para acelerar la transición energética en el país, se necesita una producción mayor de petróleo. “Uno lo puede plantear de esta manera, que es paradójico: si Ecopetrol está sacando 750 mil barriles diarios, tal vez para hacer la transición energética, Ecopetrol debería sacar un millón de barriles día (…) Nosotros lo que pensamos, desde Planeación Nacional, es: vamos despacio. En la medida en que vamos haciendo la transición energética, pues vamos reduciendo la dependencia del petróleo, pero eso es progresivo”, explicó Jorge Iván González, director del DNP. Es decir, desde la misma médula del Gobierno Petro se muestran contrarios a la idea de suspender la exploración y explotación de hidrocarburos, como han insistido, tercamente, la ministra de Minas, Irene Vélez, y el propio presidente Petro.

Por su parte, el contralor General de la República, Carlos Hernán Rodríguez Becerra, consideró que las reservas de hidrocarburos deben ser suficientes para cubrir el proceso de transición energética, de tal manera que no se ponga en riesgo la confiabilidad en el abastecimiento de energía, la soberanía energética y en general la economía del país. Y en esa línea cuestionó, implícitamente, el mentiroso informe de la ministra Vélez sobre reservas probadas. “Adicionar las reservas denominadas probables y posibles, cuyas probabilidades son del 50 % y 10 %, sería una imprecisión, ya que estas determinan escenarios cuya materialización dependen de continuar las inversiones en exploración y explotación”, advirtió Rodríguez Becerra. Como vemos, son voces autorizadas que se suman a otras de la academia y de otros sectores del país quienes consideran que eso de suspender la exploración y explotación de los hidrocarburos es, además de un embeleco absurdo, un suicidio para la economía y la inversión social.