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¡Mandinga sea!

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18 de may. de 2023

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Por: Gustavo Montes Fernández

Conozco a Sucre de cabo a rabo. Tengo huella social en el transcurso de su historia -de todo hay registro- como el retorno a Chinulito, el calderazo a aguas de la Sabana, lucha contra la violencia de grupos al margen de la ley- que me valió amenazas y desplazamiento-, la construcción del puente Pechilín, las eternas inundaciones en La Mojana, evitar el "criminal" peaje de Las Flores, la construcción de la vía San Marcos, Majagual, Guaranda, así como la de Sampués, San Benito, y Las Tablitas, San Marcos, sin mencionar la perenne lucha por la defensa de la salud, hasta la desmontada de un horrible reloj que dañaba el entorno arquitectónico de la catedral en Sincelejo, así muchas otras. Trabajo desde hace años para ser gobernador de Sucre, lo estoy intentando de nuevo y no he recibido la oportunidad porque la clase política domina. Sin embargo, la que dicen maltratadora Jenny Lindo, que no "conoce" siquiera a Sucre, ya fue gobernadora por obra y gracia de Héctor Olimpo Espinosa Oliver, que desprecia a los sucreños. Me preocupa demasiado la problemática de la desigualdad; lo considero el principal problema a vencer, hasta que se me viene a la mente la dinámica elección de gobernador (a) en Sucre. Ese es un problema a derrotar donde se imponen intereses políticos-particulares, cuál patrón de finca. No importa el destino de doscientos cincuenta mil jóvenes, ni el 73.9% de inseguridad alimentaria o los más de 115 homicidios que van en el 2023.

El burgomaestre departamental se despacha con el dinero público; se construyen palacetes privados "asesinando" niños, a quienes les quitan la oportunidad de la salud. El desempleo en Sucre tiene cifras maquilladas, va de la mano del hambre. He insistido en construir distritos barriales con baterías de empleo, y cero cambuche, recuperando la dignidad de los menos favorecidos. El fortalecimiento del turismo, la industria sin chimenea a través del mejoramiento de la infraestructura, incluyendo servicios públicos, va a ser polo de desarrollo de la asfixiada clase media, como generador de oportunidades. Con invitaciones nacionales e internacionales se dará la gran semana de la cultura que producirá ingresos económicos a los sucreños. Así mismo se convierte a Sucre en la ruta del color, teniendo como inspiración la loable idea de los jóvenes de Betulia. Adelantaré el plan padrino, donde gestionaré que cada municipio sea apadrinado por un país desarrollado, de tal manera que se adelanten inversiones que repercutan en la solución de sus necesidades más grandes y apremiantes, convirtiendo en real un Sucre para todos. Los planes del golfo de Morrosquillo pasarán de engañabobos videos a verdades tangibles. Se creará empresa del transporte público de Sincelejo donde los mototaxistas sean los dueños de ella.

Trabajaremos con el gobierno nacional para favorecer al campesino, acompañado de un programa de cultura ciudadana que les mejore la calidad de vida. Estos y otros planes incluidos educación, mujeres, niños, serán realidad si entre otros la clase política -que todavía elige -se concientiza que hacer alianza con el mandinga de Héctor Olimpo Espinosa Oliver, para elegirle marioneta en la gobernación de Sucre, es condenarnos al infierno perpetuo. Con Héctor cómo jefe político de todos, si van a saber lo que es cañaña, cuando el cuervo criado les saque los ojos, rogarán que Dios los coja confesados, porque ahí si es verdad que gritarán "mandinga sea".