Al menos 222 reclusos considerados como presos políticos del régimen de Daniel Ortega, volaron a Washington después de una liberación masiva.

Estados Unidos ofreció asilo humanitario y permisos de trabajo por dos años a todos estos reclusos.

Esta decisión la confirmó el magistrado Octavio Rothschuh, presidente de la Sala Uno del Tribunal de Apelaciones de Managua, quien anunció que: "deportación inmediata y ya efectiva de 222 personas sentenciadas por cometer actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación del pueblo; por incitar a la violencia, al terrorismo y a la desestabilización económica".

Así mismo, añadió que estas personas fueron declaradas como traidores a la patria y sancionados por diferentes delitos graves e inhabilitados de forma perpetua para ejercer la función pública en el país.
Ante esto la Asamblea Nacional de Nicaragua modificó el artículo 21 de la Constitución política de ese país, que ahora expresa que “los traidores a la Patria pierden la calidad de nacional nicaragüense”.

Entre los excarcelados se encuentra uno de los precandidatos presidenciales como Juan Sebastián Chamorro, el empresario Pedro Joaquín Chamorro, el líder campesino Medardo Mairena, la defensora de derechos humanos Ana María Vijil y la excomandante guerrillera Dora María Téllez.

Finalmente, el exiliado político y escritor Sergio Ramírez celebro la decisión, señalando que: “Hoy es un gran día para la lucha por la libertad de Nicaragua al salir de las cárceles tantos prisioneros injustamente condenados o procesados, cárceles en las que nunca deberían haber estado. Van al destierro, pero van hacia la libertad”.