19 de abril de 2024
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Ley Campoamor

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19 de mar. de 2023

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Por: Roberto Samur Esguerra.

Con el título de esta nota se conoce una metáfora sacada de los versos del español Ramón de Campoamor, para indicar interpretaciones amañadas, que hoy traigo a cuento, porque aquí hemos llegado a tal grado de confusión y desconcierto que ya no sabemos quién dice verdad y quién miente. Todo esto de las redes sociales contenidas en Twitter, WhatsApp, Facebook, Mail, (todas en inglés) discurso, declaración o comunicado que leemos o escuchamos lleva implícita una contradicción evidente con las expresiones emitidas en iguales medios, no importa de quién o quiénes provengan. Intente usted, amable lector, no obstante su independencia de criterio, acercarse a la verdad en este país de asombrosas contradicciones, no solo en el campo político, sino en el económico, cultural y social.

Hallará tratadistas que dicen que la economía va bien, mientras otros, igual de entendidos, afirman que bordeamos el caos. Igual sucede con las encuestas, tan disimiles en ciertos casos, que ya nadie parece inclinado a creerles. Indague usted por los índices de inflación y verá que el Gobierno tiene unas cifras y la oposición otras. Ni qué hablar de lo que se discute y aprueba en Caracas, México o Cuba, porque entonces sí es cierto que todos quedamos en babia, pese a lo cual se insiste en preguntarnos si lo aprobamos o no, como si supiéramos cómo es que va el asunto. Pregunte por cuántas muertes violentas ocurren a diario en el país, y sabrá que los medios tienen unos números y la Policía otros. Vea cualquier programa de opinión, de los pocos que hay o lea los diarios, y encontrará un criterio distinto por cada autor y por cada tema, sin consideración a su importancia. En pleno proceso de paz no se ha establecido cuántos guerrilleros tienen las disidencias de las Farc, como tampoco los del ELN ni cuántos son los miembros de las Bacrim y del incontable número de violentos, tal vez más elevado que el de partidos políticos. Y claro, tampoco se sabe cuántos desmovilizados delinquen a sus anchas en ciudades y pueblos con atracos, extorsiones, asesinatos y narcotráfico.

La importación de maquinaria exige onerosos aranceles, pero la que ya está aquí se destruye, en lugar de decomisarla, tal como se hace con otros bienes, para la atención de las necesidades que requiere la gente honrada. Es tal la polarización que nos afecta, que con estos pocos ejemplos se demuestra las incongruencias, contradicciones e inexactitudes en asuntos de mucha importancia para el buen entendimiento de los colombianos, que debemos resignarnos con la aplicación de la ley Campoamor, según la cual «En este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira».