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La visión estética del mundo

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12 de may. de 2023

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Por Ensuncho De La Bárcena

A menudo se cuestiona la utilidad de la poesía en tiempos de las redes sociales.
Lo primero que viene a mi mente son las palabras del filósofo Theodor Adorno, uno de los representantes de la Escuela de Fráncfort, quien expresó en su momento: "Escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie". El tristemente célebre campo de concentración que lleva ese nombre fue un complejo de varios centros para la exterminación en masa de prisioneros, construido por el terrible régimen nazi encabezado por Hitler. Situado a unos 60 km al oeste de Cracovia, se trata del mayor centro de exterminio de la historia del nazismo. Se calcula que allí fueron vilmente asesinados más de 1.3 millones de seres humanos.

Es muy probable que la visión de Adorno estuviese contaminada de la teoría crítica, de marcada inspiración marxista. Después del rotundo fracaso de esa ideología, nadie se tomaría en serio tan peligrosa noción del mundo. Entendiendo como marxismo al nefasto conjunto de movimientos políticos y sociales del siglo pasado, que dio origen a las infames revoluciones rusa, china y cubana.

La poesía sigue existiendo. A pesar de los Gulag, campos de exterminio de la "Revolución bolchevique", donde fueron aniquilados más de 5 millones de seres humanos, una tercera parte del total de los quince millones asesinados por el régimen de terror instaurado por alias Lenin, en 1917. A pesar de los campos de concentración de la "Revolución cultural" china, a los que fueron enviados cerca de 20 millones de prisioneros, en un régimen cruel liderado por un monstruoso dictador llamado Mao, que aniquiló a casi 70 millones de seres humanos. A pesar de la nefanda "Revolución cubana" liderada por el tirano Fidel Castro, que ha acabado con la vida de 50 mil seres humanos, entre el fusilamiento, los combates o intentando huir de la isla en balsas precarias. Según el diario español ABC, "cientos de miles de personas, incluso más de un millón, han pasado por sus cárceles".

Y la Poesía sigue floreciendo. A pesar de los 450.664 colombianos que perdieron la vida a causa del conflicto armado interno entre 1985 y 2018, según la Comisión de la Verdad. Muy a pesar de los campos de concentración de las espantosas guerrillas y las tenebrosas autodefensas. Y seguirá existiendo, porque el Sol sigue brindándonos el alba y el crepúsculo. Y la noche, la Luna y las estrellas. Y el amanecer, el canto de los pájaros. Y los labios, el esperado beso.

Así aprendemos, encantados, que la visión estética del mundo está por encima de la política y de la economía. Felizmente.