Una cosa es ser gobierno y otra oposición, pero en el caso de Colombia el presidente Gustavo Petro sigue sin entender que la campaña culminó hace ocho meses cuando ganó la segunda vuelta. Qué necesidad tiene el mandatario de estar metiéndose en los problemas internos de otros países. Bastante son los dolores de cabeza que le genera la situación colombiana, o es que no se ha percatado que siguen las masacres, crímenes de líderes sociales y muertes de niños en La Guajira, todo lo que le criticó al gobierno anterior, pero no ha podido mitigar en estas primeras de cambio.
Con ese panorama, qué necesidad tiene Petro de estar opinando de lo que hoy sucede en Perú, que si bien genera preocupación en la región, no es la excusa para cuestionar a una institución como la Policía de esa nación, lo que de inmediato generó la reacción de las autoridades peruanas que lo declararon persona no grata. Presidente, primero tratemos de resolver nuestros problemas y si le queda algo de tiempo utilícelo en beneficio de los colombianos. No vea la paja en el ojo ajeno, sino la viga en el nuestro.

Petro cuestiona al gobierno peruano y guarda silencio con las dictaduras cubana, venezolana y nicaragüense.

Autor: El Meridiano.