25 de abril de 2024
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La verdadera autonomía

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9 de feb. de 2023

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Por Luis Manuel Espinosa

La verdadera autonomía territorial es local. La región es una derivación de lo vecinal, un conjunto geohumano, que a manera de una instancia, se proyecta a partir de lo local, casi que con carácter hegemónico. Desde luego, lo ecológico como lo cultural inciden en la formación de la región, pero la autonomía proviene de una simple relación entre el hombre y la naturaleza. Por eso, los primeros imperios surgieron a través de los clanes, hasta conformar una vastedad de ellos. Es muy cierto, que la región sirve de anclaje a lo global, pero no es su extremo. Lo local es lo contrario a lo global, así como la región es un punto intermedio entre los dos. Un pivote en que se apoyan estas dos expresiones geográficas. Por ello, la autonomía no es por naturaleza de la región, sino de lo local.

Cuando comenzó a hablarse del fenómeno regional en Francia, durante el gobierno de De Gaulle, se buscaba, además de descentralizar el país, impulsar el desarrollo de las regiones, las cuales se encontraban rezagadas con relación a París y algunas otras como las del norte, bastante más industrializadas que las demás. Lo propio ocurrió con algunas zonas del Sur estadounidense, que obligó al Presidente, Franklin D. Roosevelt, a implementar una acción estatal que redimiera regiones deprimidas como las del valle de Tennessee. Con lo que se pretendía promover, ante todo, el desarrollo económico más que despertar el interés autonómico. Desde luego, era necesario dotar esas regiones de la suficiente autoridad para el acometimiento de tales emprendimientos y acopiar los recursos necesarios para los mismos. De esas experiencias surgieron en ambos países, sendas figuras, como la de los consejos de desarrollo y las corporaciones autónomas regionales respectivamente.

Ya en la reforma constitucional de 1968, cuando se introdujo el concepto moderno de la planificación, se creó una división especial del territorio para efectos del desarrollo económico, ideada por Vidal Perdomo, con base en lo cual, se crearon los Corpes como regiones de planificación. Para entonces, se reclamaba una ambicionada autonomía regional, que solamente por insistencia de Fals Borda, se logró establecer en la Constitución de 1991 para las entidades territoriales. De manera que la región, seguiría siendo una instancia administrativa de planificación y nada más. Así que una auténtica autonomía, en realidad, se construye a partir de los conglomerados sociales y de los nichos ecológicos en cuyo entorno se forma.

Por eso la región, es un fenómeno, más que político, de índole económica, que generado por la globalización, se apoya y sustenta en lo local. De ahí también, que la autonomía territorial sea, en definitiva, una genuina manifestación de pura esencia local.