25 de abril de 2024
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La utopía de la paz

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20 de mar. de 2023

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Por Félix Manzur Jattin:

Colombia está atrofiada por las injusticias de décadas, tal vez centurias. Por la violencia, los odios, los conflictos partidistas, los cortes de franela, las guerrillas, el bandolerismo y las autodefensas. Todos lo sabemos.

Es un Estado enfermo, famélico, con casi 30 millones de pobres con las esperanzas postradas, casi extinguidas en un marasmo de desidia e incomprensión ciudadana. Todo eso, agravado por la metralla, horror y sangre. Estamos hastiados de esta conflagración fratricida que arranca a los hijos del seno de la madre, que destruye esperanzas y poblados, que obnubila el futuro de generaciones, que mata niños, ancianos, y que vulnera los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. ¡Basta ya!… es un clamor del país, sus gentes de bien y hasta de los señores de la guerra que quieren la paz. Que cesen los ánimos belicistas y se reconcilien los actores del conflicto.

El Estado ofrece y exige sensibilización, desmovilización, retorno, indulto parcial y proyectos productivos. El proceso de paz con los paras empezó bien. Pero hoy es un barco a la deriva con asomos de naufragio. Se desmovilizaron casi 4.500, pero el chamboneo cunde.

El limbo jurídico amenaza el proceso. Igualmente la extradición es una auténtica espina que amenaza desangrar el proceso y hacerlo colapsar. Para los combatientes es una verdadera espada de Damocles. ¿Callejón sin salida?, ¿qué hacer ante el pedido de los Estados Unidos?, ¿sucumbirá el estado de derecho? He aquí el dilema que genera preocupación a los señores de la guerra y de la esquiva paz, como lo manifestaron a la prensa recientemente. El Estado propone verdad, justicia y reparación con la comunidad afectada. Todos deben ser escuchados.

El principio de igualdad ante la ley, el derecho de la gente debe ser una premisa básica. Quien quiera hacer la paz, llámese guerrilla y autodefensas, debe ser escuchado, siempre y cuando exista respeto a las normas legales, constitucionales y la potencia extranjera que solicite la extradición también debe escuchar y proponer espacios que consoliden la paz de Colombia dentro de un marco jurídico flexible a los intereses nacionales, a la consolidación de la paz.