26 de abril de 2024
Tendencias

© 2023 El Meridiano.

La tiranía de los "likes"

Por
10 de feb. de 2023

Compartir con:

thumbnail

Por Arianna Córdoba Díaz*

  • Un influencer dijo que en Catar no usan desodorante
  • ¿Explicó por qué?
  • No.
  • ¿sabes la diferencia entre un influencer y un periodista?
  • No.
  • Un periodista te contará por qué

Este corto diálogo publicó el periodista radial Azury Chamah en Twitter y la simpleza del mismo nos permite apreciar la grandeza del periodismo, a propósito de conmemorar este 9 de febrero el Día del Periodista.

Sí, es posible que la incandescente nube de influenciadores, productores de contenidos digitales, "youtubers" y otra suerte de personajes surjan con cada vez más notoriedad en nuestro entorno y hasta puede que nos sintamos amenazados porque podrían usurpar la labor para la cual nos formamos o en la que nos desempeñamos con pasión, compromiso y responsabilidad, y que fue calificada por Gabriel García Márquez, como el mejor oficio del mundo: el periodismo.

Pero no, aunque las audiencias nuevas y algunos comunicadores despistados puedan confundir el quehacer de influenciadores con periodistas no hay que desmoralizarse; es lógico que atraídos por las candilejas de la fama y el dinero, sean cada vez más las personas cuyo proyecto de vida sea el proyectarse a través de diferentes plataformas tecnológicas sin formación previa y sin ser permeados por sentido ético alguno; sin embargo, el periodista no puede perder de vista que su función de control social, de ser el polo a tierra para las audiencias, la voz o letra que incomoda al poder y que asombra al público es la que marca la diferencia.

Ese es el periodista que demanda la sociedad, el que profundiza, el que dice a completitud el qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué; el que con sensibilidad social y alta responsabilidad sabe escoger muy bien cada palabra en su noticia, crónica o reportaje; el que fiel a su compromiso busca afanosamente las dos caras de la información, el que recela del abrazo del gobernante y del aplauso del poder; el que no se deja empalagar por los halagos y cantos de sirena.

El periodista seguirá siendo el ojo más objetivo posible de la cotidianidad; seguirá siendo el consagrado y ecuánime cronista cuya producción informativa es el espejo en el que una sociedad pueda mirarse a sí misma y reconocer sus virtudes, falencias y necesidades.

El periodista no riñe con las nuevas plataformas y redes sociales, al contrario, las utiliza como herramientas de trabajo, pero no se dejan gobernar por la tiranía de los "likes" ni es seducido por abultados números de seguidores que como sabemos, se compran por paquetes.

Los invitamos entonces, apreciados colegas a continuar siendo conscientes del papel que hemos cumplido, cumplimos y seguiremos cumpliendo en toda sociedad, soportados en pilares éticos y revestidos del orgullo de ser periodistas de alma, vida y corazón.

*Jefe de Programa de Comunicación Social – Unisinú