Por Marta Sáenz Correa

Una de las mayores diferencias en la vida de los adolescentes y adultos jóvenes actuales en comparación con las generaciones anteriores, es que pasan más tiempo conectados a las redes sociales, frente al que comparten con amigos de su edad. Al respecto, algunos expertos sugieren que las conexiones que los usuarios de los medios sociales forman electrónicamente son menos satisfactorias desde el punto de vista emocional, por lo que se sienten socialmente aislados.

La dependencia de los jóvenes
al celular y a las redes sociales es un problema tan extendido, que hay que trabajar en evitarlo.

El estudio realizado por el equipo de científicos del Centro Hospitalario Universitario Sainte-Justine de la Universidad de Montreal en Canadá, concluyó: que el uso de las redes sociales y la televisión sí está fuertemente relacionado con el aumento de los síntomas depresivos en los adolescentes y jóvenes. El equipo de científicos siguió a 4.000 jóvenes y les pidió que registraran el tiempo que pasaban frente a las pantallas, así como su estado de ánimo y los resultados arrojaron que existe una correlación entre el tiempo de exposición y la depresión, debido a que el uso de pantallas y redes sociales generan síntomas depresivos como sentimientos de inutilidad y pensamientos recurrentes de muerte.

Las redes sociales y la televisión son medios que frecuentemente exponen a los jóvenes y adolescentes a imágenes de otras personas que operan en situaciones más prósperas, con cuerpos perfectos y un estilo de vida más emocionante; y, los adolescentes y jóvenes no comprenden que por las redes se comparten cosas que son irreales. La gente intenta publicar un tipo de vida ideal que muchas veces no es real y, por ende, se crea la falsa ilusión de que una vida digna de ser vivida como la que las redes sociales proyectan.
Algunas de las consecuencias de las redes sociales en los jóvenes son la dependencia, ansiedad, trastornos del sueño, inseguridad en sí mismos, y el ciberacoso. La dependencia de los jóvenes al celular y a las redes sociales es un problema tan extendido, que hay que trabajar en evitarlo. Lo primero es exigir compartir tiempo en familia desconectados de todo tipo de red social. Lo segundo, hablarles de la importancia de disfrutar las cosas para sí mismos, no para los demás. Tercero, ponerle límites a su uso, es decir restringir el uso de la tecnología dentro de una medida razonable. Cuarto, ofrecerle un pasatiempo alternativo, y, por último, explicarles la necesidad de ser críticos con las redes sociales, y poner en duda ciertas publicaciones, ya que son muy vulnerables a creerse todo lo que aparece publicado.

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