28 de marzo de 2024
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La protesta

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16 de feb. de 2023

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Por Fernando Negrete Montes:

Rememoraba con el docente José Galeano Sánchez y a raíz del uso de la protesta como instrumento de "solución" de conflictos hoy día, que así se llamaba el grupo de teatro del colegio nacional José María Córdoba de Montería, brazo cultural del movimiento estudiantil de los años sesenta y setenta del siglo XX, que abandonando las aulas de clases después de obtener durante años el premio a los mejores bachilleres del departamento, se embarcó en la lucha por hacer que los obreros, campesinos y demás sectores populares, se levantaran y rebelaran contra el estado de cosas existente en la época.

El 12 de marzo de 1969 fue epicentro de grandes protestas estudiantiles y populares en Lorica en oposición al traslado de la Normal Agrícola y su conversión en Instituto Técnico Agrícola, ITA, a Berástegui, en aplicación del decreto 603 de 1964 que además le quitaba a aquella la formación pedagógica, protesta "sofocada" con la intervención del ejército que fue desplazado del alto Sinú donde combatía a la guerrilla, provocando la muerte de siete personas y el traslado de la protesta el 13 de marzo a San Antero y Montería, donde murió Pedro Armando Quintero Amarís, estudiante de la universidad de Córdoba.

Sesenta años después se observa que no existe el movimiento estudiantil de masas y mucho menos el grupo de teatro La Protesta, debido a que los sectores sociales de hoy son diferentes, porque el 75% de la población es urbana con problemas e intereses distintos derivados de la formación académica, de las economías ilegales, de la corrupción y la protesta como forma de vida e impulsada ahora desde el gobierno.

De un partido de gobierno en el poder, se espera que su gestión sea la más eficiente y transparente y se optimicen los recursos de forma social para aumentar el bienestar de la población, lo cual demanda participación y concentración en el trabajo y no llamados al apoyo callejero que polariza por fuera del lucro cesante por lo dejado de producir y de hecho, menos recursos para la sociedad.

La oportunidad es entonces aprovechar lo que ya está hecho o existe y sobre ello continuar y no ponerse a inventar la rueda que ya viene dando vueltas desde hace miles de años, retomando el trabajo social porque así se avanza más y no regentar caudillos que se convierten en un obstáculo al cambio.