25 de abril de 2024
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La paz total. ¿Una metáfora?

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8 de dic. de 2022

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Por: Francisco Cuello Duarte.

La propuesta del presidente Gustavo Petro sobre la paz total es un acto político de largo alcance, que demuestra la moderna estrategia de un gobernante inspirado en las enseñanzas de Maquiavelo sobre el manejo del poder político, especialmente cuando menciona cómo debe conducirse un príncipe para ser estimado: “ninguna cosa le granjea mayor estimación a un príncipe que las grandes empresas y las acciones raras. Ayuda también a un príncipe dar de sí ejemplos raros. Y sobre todo un príncipe debe ingeniárselas para que cada una de las operaciones le proporcione fama de hombre superior y de grandísimo ingenio”. La propuesta es audaz, pero exageradamente ingenua, en un país donde el que menos corre, vuela con los motores apagados.

Este gobierno logró sancionar la Ley 2272 de 2022, que prorrogó la Ley 418 de 1997, que lo autoriza a realizar acercamientos y conversaciones con estructuras armadas al margen de la ley. Pero surge una inquietud: ¿se tuvo en cuenta las características políticas y culturales de nuestra historia de violencia en estos últimos 50 años, y especialmente el ingrediente del narcotráfico que sirve de combustible a esta máquina de guerra? En el Cauca, por ejemplo, un kilo de yuca cuesta 6.000 pesos, mientras que un kilo de coca, vale 6 millones de pesos, con el mismo costo de producción y en el mismo plazo. Y pago de contado sin descuentos por los tiernos carteles mexicanos.

No hay que olvidar las enseñanzas de Montesquieu, en su libro El espíritu de las leyes, que reflexiona sobre la relación entre un sistema político y su entorno social, especialmente si tenemos en cuenta, como dice el escritor Saramago, en su novela Ensayo sobre la lucides: “los humanos son universalmente conocidos como los únicos animales capaces de mentir”. O como señala Aristóteles: “la avidez de los hombres es insaciable”.

Conociendo entonces el presidente Gustavo Petro a sus súbditos, considero que no es posible pecar por exceso de ingenuidad y confianza para iniciar un proceso de paz total con unos grupos armados de reconocida trayectoria, en un universo donde se juegan grandes intereses económicos y políticos, en un terreno lleno de espinas y culebras venenosas que no conoce límites terrenales, bajo las reglas de unos actores que actúan sin Dios y sin ley. Con las metáforas no se juega. Las metáforas son peligrosas, dice él.