19 de abril de 2024
Tendencias

© 2023 El Meridiano.

La mujer Loba

Por
10 de mar. de 2023

Compartir con:

thumbnail

Por Glenda Fuentes

Mucho he escuchado de la mujer loba, y me causa curiosidad ver los adjetivos negativos con que se describe. Se dice que la mujer loba es astuta, y peligrosa, tan así, que los hombres deberían temerle y alejarse de ella, dejando de lado las maravillosas características que tiene este animal, la loba, la protectora y territorial, corpulenta, intuitiva, ingeniosa, hábil, visionaria, familiar, leal, y que además da vida. La mujer loba —la que asusta— es el alma femenina que tiene historias por contar, que con un beso cura el alma de los hijos, que se coloca tacones, tenis, botas o descalza trabaja sin cesar, la que danza al ritmo de su día a día así sus pies no puedan más, la que sueña de manera incansable en un mejor mañana, la que goza de sabiduría innata y que cuando tiene la oportunidad de leer es imparable.

Algunos han querido atar a esa mujer a lo largo de la historia, rotulándola como sexo débil, incapaz, superficial, sexualizando sus méritos, enseñándola a ver la feminidad como sumisión, a que el silencio es sinónimo de prudencia e incluso doblegándola a través de la fuerza por ser considerada rebelde. Y es que a lo que se le tiene miedo o se le considera una competencia se prefiere etiquetar, creando una silueta de desconfianza y temor que permita su control.

Esta mujer se ha ido enfermando de la cotidianidad, de la violencia, los prejuicios, los miedos y los obstáculos que día a día la llevan a hacer esfuerzos sobrehumanos para alcanzar lo que le ha sido dado de manera natural por el simple hecho de existir, quedando paralizada, inmóvil, suspendida y atrapada en la jaula de lo que se espera que sea, en la zona de confort o de sus pensamientos. Perdiéndose la sociedad de la oportunidad de gozar sus saberes innatos, su creatividad, inteligencia, amor y elocuencia.

Es necesario despertar a la loba, esa que está en el interior de cada mujer, que aflora cuando se le permite sanar, cuando tiene las condiciones sociales para ser y fortalecer sus habilidades, cuando puede hablar de sus ideas y protestar sin que la injusticia pase ante sus ojos, cuando suele caminar sin miedo, hablar de su dolor, amar y marcharse cuando sienta que debe hacerlo y cambiar sin ser juzgada. Cada vez que se calla a la loba se mutila parte de nuestra esencia e identidad, no se puede seguir privando a la humanidad del privilegio de tener mujeres empoderadas de su instinto natural, que son tierra fértil para transformar cualquier lugar y trazar un mejor porvenir.