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La lógica de los problemas educativos y sus soluciones

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29 de ene. de 2023

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Por Lewis Pereira

Los problemas de la educación son bastante conocidos, pero lo que no se sabe tanto es sobre cómo avanzar hacia las soluciones. Uno muy grave se relaciona con lo que se podría calificar como "verbalismo", es decir, la estrategia de centrar la enseñanza-aprendizaje en actos de habla o de escritura, un docente que habla mientras los alumnos escuchan y con exámenes solo escritos. La pregunta es ¿cómo hacemos para enseñar habilidades y evaluarlas a partir de actos de habla?

En la educación tradicional tiene que ver con hablar o escribir; sin embargo, casi todas las teorías pedagógicas van en la dirección contraria: Vygotsky, Freinet, Piaget y el Aprendizaje Significativo, son ejemplos. Freinet, por ejemplo, afirmaba que los salones de clase debían convertirse en talleres, colocar en los rincones, lugares para hacer y practicar, tanto si se trataba de ciencias naturales como de carpintería ¿Se puede enseñar carpintería solo hablando? Y no podemos olvidar la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner, porque la inteligencia espacial, musical, kinestésica e interpersonal (para relacionarnos los unos con los demás) no se pueden enseñar con palabras.

Cuando se le muestra un video a un estudiante para que vea cómo tiene qué hacer algo, o una habilidad que debe aprender, se avanza en la dirección correcta, se renuncia al verbalismo. Si se le enseña al niño sobre el sistema solar y se le muestran las imágenes, por ejemplo, y los videos sobre el aspecto que tienen los planetas, o se imagina junto con él, a partir de imágenes, lo que significaría vivir en ellos, se avanza en la misma dirección. Ver las cosas, oírlas y practicarlas es un acto avanzado de educación y pedagogía.

Y ahora tenemos todos los recursos para hacerlo, ya que los niños y los adolescentes tienen, cada uno, un teléfono celular en las manos, por lo que todos pueden acceder a los contenidos que deseen. Se puede aprender viendo a otro hacer las cosas, sobre todo, cuando resulta muy costoso replicarlo en el salón de clases. Es algo que muchos maestros no han percibido bien por la idea que se tiene de los teléfonos celulares como aparatos para divertirse, navegar por las redes o simplemente jugar, o si se quiere, perder el tiempo; pero, en realidad, se trata de lo más sofisticado, jamás inventado, para el proceso de enseñanza-aprendizaje, algo que pone, por fin, la información al alcance de los más pobres. No todos ven que se trata de un computador de mano.