26 de abril de 2024
Tendencias

© 2023 El Meridiano.

La levedad del ser

Por
6 de feb. de 2023

Compartir con:

thumbnail

Por Daniel Vallejo Restrepo

Quiero decir que me doy cuenta de que durante algunos momentos de mi vida, de forma intermitente, he experimentado un vacío en el pecho, una sensación de desconexión que me ha hecho llegar a creer que perdería la cordura, una sensación de perder el control o hasta de desconocerme.
Siempre que esta sensación aparece en mi vida, he buscado deshacerme de ella rápidamente, entrando inertemente en actividades compulsivas, deseos de organizar el mundo, de arreglar mi vida, de hacer algo valioso, de buscar como ser reconocido o buscar en los placeres la forma de evitar de esta sensación (comida, ocio, sexo, etc.) y aparece la mente con pensamientos sobre qué debo hacer, y cómo debo actuar.
Me doy cuenta de que he estado ausente mucho tiempo de mi vida, que he tomado decisiones sin ser consciente, que me he dejado llevar por la vida, que he perseguido un sin sentido y me pregunto: ¿por qué dejó de estar en estados de calma y de bienestar? ¿En qué momento me olvidé de mí hasta el punto de sentirme ajeno a lo que soy?
Me estoy dando cuenta que estos momentos de calma, aparecen cuando me permito vivir el vacío, ese vacío que en sociedad nunca nadie nombra, esa sensación que se mueve dentro de cada uno de nosotros y que al no saber cómo dar manejo a esta experiencia, creemos erróneamente que es algo malo, buscamos ponerle un nombre, una etiqueta o hasta un diagnóstico para encontrar una forma de interrumpirlo.
Ahora lo veo claro, eso que yo nombre vacío, ese espacio en mí es el lugar de la creación, es el taller donde la vida, el eros, Dios, el universo y la esencia de lo que soy se reúnen a debatir sobre arte, música, la vida, el amor, la muerte para volverlos actos a través del cuerpo en el que habito.
Hay tanta paz en cada momento, cuando decido renunciar a todo lo que pasa por la cabeza en cada momento, cuando renuncio a controlarlo todo, a creer que al pensar algo lo controlo, a dudar y le doy espacio y aire a la calma que habita en mí a ese sentimiento de estar acá con lo que hay con lo que soy, y me llega que el sentido de la vida es trascendente a veces solo con hacer lo que se hace, ayudar, trabajar, llevar un papel, barrera una calle, escuchar a una persona… Comer, disfrutar un helado.
"Empezar a darle la bienvenida a la levedad del ser…"
¿Será que no estamos preparados para dejar que se devele el poder que llevamos dentro y la vida se manifieste por sí sola?