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Cada hogar está compuesto por sus personas o familias en primer lugar, esto es indudable. Al mismo tiempo, ningún hogar es un verdadero hogar sin los electrodomésticos básicos para poder vivir en ellos. Estos dispositivos con el pasar de los años se convirtieron en los mejores amigos de aquellos que, con ganas y esfuerzo, desean mantener su casa limpia y ordenada sin hacer esfuerzos demasiado pesados.
A muchas personas se les vendrá a la mente inmediatamente los lavaplatos o las lavadoras y secadoras de ropa. Estos dos artefactos son perfectos como representantes de aquellas tareas que antes tomaban mucho tiempo para cumplir en nuestros hogares y que en la actualidad nos salvan varias horas de trabajo. Sin dudas, ciertos dispositivos a lo largo de estos últimos años se han transformado en equipos esenciales de nuestras vidas.
Nadie puede imaginar una vida sin un refrigerador, un Horno eléctrico, una televisión o una lavadora en casa. Las tecnologías y los electrodomésticos no nacieron como un afortunado accidente, como ocurre en otros casos, sino que siempre llegaron a las casas de millones de personas debido a la demanda y las necesidades de la gente. La evolución de estos dispositivos, además, fue creciendo de la mano a estas urgencias y lo continúa haciendo hasta hoy.
Naturalmente, hasta los electrodomésticos tienen su propia historia y esta se remonta a tiempos en los que incluso no había electricidad, pero sí existían ciertos artefactos mecánicos que cumplían importantes tareas, como el Horno pequeñoa gas o las aspiradoras a pedal. Sin embargo, con el descubrimiento de la electricidad a finales del siglo XIX, los primeros electrodomésticos comenzaron a tomar forma.
A principios del siglo XX, grandes mentes creativas y con mucha financiación por parte de nobles y hasta de la realeza a lo largo de Europa revelaron a un público maravillado cuatro grandes inventos en la primera década de 1900: la tostadora en 1905, la lavadora frontal de ropa en 1907, la aspiradora eléctrica en 1908 y el horno eléctrico en 1910. Aun así, como muchos supondrán, no eran para nada accesibles para la gente común.
Además de ser exclusivas para los más ricos, estos dispositivos, por lo general, eran tremendamente grandes, pesados y difíciles de instalar, ya que existían apenas unos pocos expertos capaces de hacerlo. Las lavadoras, por dar un ejemplo, podían llegar a pesar unos desopilantes 200 kilos a un costo de 500 dólares, cuando las actuales pesan entre 60 y 80 kilos aproximadamente.
Con el paso de los años, esta problemática del tamaño y el peso de los electrodomésticos fueron disminuyendo en gran medida. Al utilizarse una electrónica más eficiente y barata, cada vez más personas se volvieron capaces de adquirir estos dispositivos y, hasta hoy, todos los años siempre sale un nuevo electrodoméstico que es mejor a su versión anterior. Este efecto de las tecnologías es muy común y se lo conoce como “obsolescencia”.
Gracias al desarrollo de nuevas y mejores tecnologías, una importante suba de millones de personas a la clase media (sobre todo en Europa y Estados Unidos) y una instalación global de energía eléctrica a mediados del siglo XX se dio, de esta manera, el “boom” social de los electrodomésticos en gran parte de los hogares en todo el mundo. Algunos sociólogos consideran, incluso, que esta puede haber sido una de las épocas más felices de la historia.
Los Electrodomésticos de finales de la década de 1940 en adelante marcaron una era moderna en cada hogar, donde entre amigos y familiares se recomendaban comprar dichos productos. En su tiempo, los dispositivos más comprados de la época fueron el lavavajillas, el aire acondicionado y el horno a microondas, aparatos que continúan siendo utilizados en la actualidad por cientos de millones de personas.
No sólo los electrodomésticos en sí han evolucionado de forma exponencial en los últimos setenta años, sino también sus componentes, materiales y electrónica. Uno de estos materiales que se introdujo al mercado y que es en la actualidad uno de los más atractivos para los clientes es el acero inoxidable. Es así como encontramos lavaplatos en acero inoxidable, cacerolas y hasta hornos.
Es innegable que la etiqueta de “acero inoxidable” aparece cada vez más y más en todos los electrodomésticos que las personas encuentran al visitar el mercado o cualquier otra tienda. La razón de esto es muy sencilla: estos dispositivos están compuestos por un material increíblemente fuerte, poco degradable, duradero y confiable. A su vez, el acero inoxidable es uno de los componentes más fáciles de limpiar y mantener en buen estado.
Hoy por hoy, los electrodomésticos hechos en acero inoxidable no sólo implican un Horno o un lavavajillas más fácil de limpiar sino un alto estatus social, algo que para muchas familias es un aspecto imprescindible en sus vidas. En tiempos anteriores, lo que se encontraba “de moda” eran los electrodomésticos coloridos, pero con el tiempo se volvieron menos confiables a la vista de otras personas, perdiendo mucho interés en el proceso.
Los dispositivos hechos con acero inoxidable comparten casi todos la misma textura, brillo y color, lo que los hace muy distinguibles de otros materiales. Aun así, estos dispositivos son vistos en la actualidad como parte del tope de gama de cualquier electrodoméstico, como una lavadora carga frontal, un horno eléctrico, una clásica tostadora o cualquier otro.
Sin embargo, en los últimos años fueron tomando fama los electrodomésticos de acero inoxidable de color negro. Estos rompen con las tradiciones anteriores y hasta son algo decorativos para muchas personas. En las cocinas pintadas de colores claros y con un espacio luminoso estos dispositivos oscuros pueden ofrecer un contraste muy interesante y atractivo tanto para los que componen al hogar como a los potenciales visitantes.
Creemos que no hay nada más que brillo y luces en el futuro de los electrodomésticos. A medida que pasen los años, las tecnologías cambiarán, se volverán mejores, más rápidas, capaces e inteligentes. La inteligencia artificial, por ejemplo, así como el aprendizaje automático que conlleva, hará que nuestros electrodomésticos sean más sofisticados que nunca y capaces de hacer cosas que hoy no podemos imaginar.
Si lo pensamos bien, hoy mismo la sociedad es testigo presencial de la existencia de dispositivos tipo “Smart”, que pueden ser desde un Horno eléctrico, una lavadora-secadora o incluso hasta las cortinas de una casa. Comprendiendo el potencial de los Smartphones, muchas compañías han dedicado tiempo, mente y dinero en crear estos electrodomésticos que pueden controlarse a través de ellos, creando así una tendencia que parece no terminar.
A este fenómeno Smart se lo conoce en la actualidad como “hogares conectados”, es decir, hogares equipados con dispositivos tipo Smart que se encuentran interconectados entre sí. De esta forma, los usuarios tienen la posibilidad de controlar y monitorear todos sus artefactos no solo dentro de la casa, sino también desde el trabajo o la universidad. Entre sus tantas ventajas podemos destacar dos: un crecimiento de seguridad en el hogar y alta eficiencia energética.
En relación al último punto establecido, debemos hablar de los electrodomésticos llamados “sostenibles”. Nos referimos a ciertos dispositivos cuyo diseño está pensado para favorecer el ahorro y la eficiencia energética, a fin de proteger y respetar el medio ambiente. La popularidad de estos artefactos ha crecido muchísimo en los últimos años, y no sería raro que en un futuro muy cercano todos los electrodomésticos tengan esta característica.
Un claro ejemplo de esta posible universalización de la sostenibilidad en electrodomésticos lo ofrece la compañía española Beko, la cual desde hace un año se encuentra haciendo gala de su nueva gama sostenible de dispositivos para el hogar. La innovación que trae esta empresa incluye refrigeradores, lavavajillas, lavadoras en promoción, secadoras de ropa, hornos eléctricos, cafeteras y televisores.
Por otra parte, la tecnología nos llevará de forma inevitable por uno de los caminos más interesantes en lo que respecta a la evolución de los hogares: hablamos, claro está, de la personalización de nuestros dispositivos, un tema que tiene una profunda relación con el aspecto “Smart” de los electrodomésticos.
Los electrodomésticos personalizados tienen un diseño específico que se encarga de satisfacer las necesidades de una sola persona o incluso una familia entera. Ya no sería necesario, por ejemplo, tener manuales qué indican Cómo lavar ropa negra en una lavadora, ya que esta solo requeriría una serie de indicaciones por parte del usuario para hacer sus tareas de forma efectiva.
Estos electrodomésticos, como indicamos antes, se pueden personalizar según las preferencias que tienen los dueños, como por ejemplo las alarmas, el modo de cocción de un dispositivo de cocina, la grabación automática de una serie o película que salga en televisión y una infinidad más de opciones. Esto nos indica que, próximamente, tampoco será necesario entender cómo funciona un lavavajillas para utilizarlo de forma correcta.
La personalización de estos dispositivos domésticos permitirá que hasta una aspiradora automática de tipo Roomba se active y proceda a limpiar los hogares a horas determinadas y con las características de preferencia por el usuario. Esta posibilidad invita a días mucho más cómodos y satisfactorios, ya que no hay nada mejor que volver del trabajo al hogar y encontrar todo limpio y pulcro.
Históricamente, todos los dispositivos a gas que tiene cualquier hogar en el mundo son mucho más económicos en cuanto a gastos. Sin embargo, en varios países de varias zonas a través del globo se encuentran en una grave crisis energética relacionada a las energías no renovables como el gas. Esto impulsó a muchos gobiernos y empresas a tomar medidas económicas para que los dispositivos eléctricos comiencen a copar la mayoría de las casas.
Ante los efectos de esta crisis en Sudamérica, el periodista colombiano Juan David Cano Lopera afirmó en un artículo escrito para el medio “El Tiempo” que entre millones de personas “no faltaron quienes terminaron comprando electrodomésticos para usar por un par de días. Pero ese cambio en el que se dejó atrás el uso del gas por un breve tiempo en el futuro gradualmente será la regla”.
Confirmando nuestras palabras al considerar al gas como un recurso no renovable, el periodista continuó explayándose de esta manera: “Colombia solo cuenta con cerca de 7,2 años de reservas de gas natural. Antes de enfrentar una potencial escasez del hidrocarburo y aunque la situación preocupa, lo cierto es que hace parte del orden natural de las cosas, pues los recursos son finitos”.
De acuerdo a la información recibida por Cano Lopera, “la venta de vehículos eléctricos tuvo un incremento de 33,5 por ciento, con 315 matrículas registradas y aunque parecen pocos, lo cierto es que este mercado ha registrado una tendencia de crecimiento desde hace varios años, según cifras de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible”. Esto nos indica que hasta los vehículos a gas o combustible están siendo reemplazados por los eléctricos.
En este sentido, cientos de países en el mundo (siendo uno entre tantos Colombia) se encuentran frente a un futuro en el que el Horno tostador eléctrico suplantará a la clásica tostadora metálica que solíamos posar en la hornilla de nuestra cocina. Estos cambios ocurren constantemente en la sociedad y es en tiempos como este que la capacidad de ajustarse a ellos se pone a prueba para cada familia alrededor del planeta.
El cambio de gas a electricidad en gran parte del mundo ya es un hecho indiscutible. Es cierto que los costos de esta energía pueden llegar a ser más alto.
Este cambio puede traer grandes ventajas a futuro no solo para las personas sino también para el medio ambiente, dado que la electricidad es mucho más eficiente y ecológica en este sentido.
¡Es hora de elegir los mejores electrodomésticos del mercado pensando no solo en sus usos sino también en los aspectos ecológicos que ofrecen a la sociedad!