Por Victor Castillo

Llegó el 2023 con sus grandes incertidumbres. Un año en el que la población debe ser más resiliente en medio de la anunciada crisis económica mundial, que causará una desaceleración económica en la tercera parte de las naciones, principalmente en Estados Unidos y la Unión Europea.

Este panorama es consecuencia de la inflación que surgió a partir de la expansión económica, generada en su momento por la enorme emisión monetaria para reactivar la economía resentida por la pandemia. Esa inflación obligó a una intervención de las bancas centrales, que optaron por incrementar las tasas de interés.

También genera consecuencias sobre la economía mundial la situación en China, que pasa por una etapa difícil con las grandes manifestaciones contra la política de cero covid, que después de tres años dejó de ser tolerada por la población. Este programa resultó ser un gran fracaso y el país asiático lo está pagando caro con alta letalidad y una severa desaceleración económica.

Todo este efecto económico negativo, que podríamos considerar como la segunda fase de la pandemia, ha tenido su mayor impacto en América Latina, que también sufrió la etapa inicial de contagios.
De acuerdo con la Cepal, las tasas de pobreza en nuestra región se mantienen por encima de los niveles de prepandemia. Se estima que hay 201 millones de personas (32,1% del total de Latinoamérica) en situación de pobreza, y de ellos, 82 millones (13,1%) están en pobreza extrema.

Es precisamente este sector de la población el que más se afecta con la inflación, que para el caso puntual de Colombia, se ubicó en 13,2 % en 2022, la cifra más alta de los últimos 21 años.

Toda la situación genera una gran expectativa sobre los efectos que tengan las anunciadas reformas laboral, pensional y de la salud. Adicionalmente, lleva al Gobierno, a los empresarios y a la sociedad civil a trabajar de la mano y en armonía para aumentar la productividad, la generación de empleo y lograr el crecimiento no solo del PIB sino de los indicadores sociales que permitan un país más igualitario y equitativo.

Colombia es un país que siempre se sobrepone a los retos y así lo ha demostrado históricamente. Estoyseguro de que en esta oportunidad lo haremos igual. Solo me resta invitar a todos los colombianos a redoblar los esfuerzos para hacer de este un país mejor.