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La crisis de la familia

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23 de may. de 2023

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Por Lewis Pereira González

Anoche conversaba con unas estudiantes sobre la crisis de la familia que desde hace tiempo se encuentra instalada en Occidente, una crisis que llegó a un cruce de caminos con la familia nuclear, si la imaginamos en su versión más urbana y de clase media.

Lo que tenemos que ver es que la tranquila familia tradicional era una división de roles, se le entendía como institución porque era una división de roles en la cual las madres eran lo fundamental (encerradas allí toda la vida de manera injusta), el hombre en su papel de proveedor y los hijos sometidos con un estilo de crianza autoritario.

Con la familia nuclear moderna todo se alteró, la mujer empieza a trabajar, sin nadie se ocupe claramente de las tareas domésticas y de la educación de los hijos y con estilos de crianza más democráticos y humanizados. Al ser de este modo, lógicamente la familia tiende a disolverse en términos históricos de largo plazo, porque si la división de roles se acaba, la familia también.

Hay que pensarlo con cuidado, si una pareja de esposos se encuentra trabajando, los niños o permanecen solos, o están en la escuela, o hay que llamar a la suegra, a la abuela, o hay que contratar una mujer de servicio para que los cuide.

Se trata de una situación en la que la división de roles es proveedor-niño y no "proveedor-oficios del hogar-crianza de niños" o mejor dicho, una en la cual las personas se sientan a disfrutar lo que queda, a saber, el hecho de que entienden sexualmente y se sienten bien viviendo juntas. Se supone que esta era otra característica de la familia tradicional, se suponía que los que contraían matrimonio se entendían sexualmente y se sentían bien viviendo juntos, y es probable la motivación más fuerte en el presente para continuar constituyendo familias; además, claro está del amor a los hijos.

Con todos estos cambios, los hogares se transforman en viviendas para dormir y tener un techo, lugares para entenderse sexualmente y también, como antes, para amarse.

El amor siempre ha estado presente y todavía lo está, y se puede pensar que, en ese sentido, no ha habido muchos cambios, pero las familias incluyen ahora a las polifamilias o lugares donde siete personas o cualquier otro número, viven juntas, unas heterosexuales, otras homosexuales, con niños.

También son familias donde el amor circula. Llamaremos familia tradicional a aquella donde la mujer realizaba exclusivamente oficios domésticos y se encargaba de la crianza de los niños.